1. ¿Mande?
Una polémica para empezar. En México hay de dos sopas. Están los que evitan la palabra a toda costa por asociarla con una actitud servil que puede o no estar asociada con nuestro pasado colonial y está la gran mayoría que la sigue utilizando como una forma de cortesía. Yo considero que la palabra —con todo y su sintaxis— está lejos de tener esos toques de sometimiento serviles que se le imputan. Yo nunca he mandado a nadie por las tortillas cuando me responden con un mande y dudo que alguien más lo haga. Aunque me gusta la palabra, digamos que nunca se me pegó y casi no la uso, lo que me ha llevado muchas veces a enfrentarme a la pregunta, ¿y si eres mexicano, por qué no dices mande?