1. Estás altamente entrenado en el levantamiento y maniobra de garrafones.
Hay gente en otros países a la que le basta poner un vasito bajo la llave de la cocina para satisfacer su sed, pero ya les tocará sufrir si alguna vez tienen que manipular una botella de veinte litros que pesa más que un costal de papas. Y eso que estamos en la época del plástico ultraligero… en los buenos tiempos eran de cristal y esos sí pesaban como maldición.