España no fue ajena al furor de los cafés que recorrió Europa a finales del XIX. Esos lugares que reunían a lo más destacado del ambiente artístico, político e intelectual en ciudades como Viena o París para participar en tertulias rodeados de una decoración de lo más cuidada, aparecieron como setas en la península con el cambio de siglo. Muchísimos de ellos son ya historia, pero algunos resisten todavía abiertos más de cien años después. Estos son algunos de los cafés más antiguos de España.
1. Café de Levante (Zaragoza)
El Café de Levante original nació en 1896, pegado a la Puerta del Carmen, en lo que en el momento era una de las salidas de la ciudad (la que iba a Valencia). De estilo modernista y con un café, horchata y granizados que levantaban pasiones, se convirtió rápidamente en centro de encuentro y tertulias entre intelectuales. Cambió de ubicación en dos ocasiones, pero sigue siendo regentado por la misma familia, los Blázquez, que mantienen el espíritu de la idea original.
2. Els 4 Gats (Barcelona)
Aquí hacemos un poco de trampa. Els 4 Gats abrió en 1897, sí, pero cerró poco después, en 1903, porque el dueño, Pere Romeu, era muy dado a ofrecer descuentos y precios especiales a sus amigos, por lo que el negocio no era muy rentable. Pero en esos pocos años, Els Quatre Gats fue frecuentado por gente como Picasso, Gaudí o Isaac Albéniz y dejó un poso muy importante en la ciudad. En los 70 y, a partir de 1989 con sus actuales dueños, reabrió.
3. Café Novelty (Salamanca)
Este café vigila la plaza Mayor de Salamanca desde 1905. Tuvo unos inicios grandiosos: ocupaba un espacio cuatro veces mayor al actual y estaba inspirado en los grandes cafés europeos. Por sus tertulias en distintas épocas pasaron Miguel de Unamuno, Ortega y Gasset, Gonzalo Torrente Ballester (iba tanto que tiene una estatua), Francisco Umbral o Carmen Martín Gaite, entre otros. Durante los primeros años del franquismo cambió su nombre a Café Nacional, hasta 1964, que volvió a ser Novelty. Cerró brevemente en 1978, pero desde su reapertura en 1979 es de nuevo un centro de la vida intelectual de la ciudad.
4. Café Comercial (Madrid)
En Madrid quedan un montón de cafés clásicos entre los que elegir, pero nos quedamos con el Comercial, abierto desde 1887 en la glorieta de Bilbao. En sus primeros años fue un lugar frecuentado por músicos, ya que solía ofrecer conciertos. Ya en el siglo XX y con un nuevo dueño y una nueva sala de billar, se convirtió en imán de tertulias. Por aquí pasaron Antonio Machado, Jardiel Poncela o Gloria Fuertes y se rumorea que Cela escribió algunas páginas de La colmena sentado en sus mesas. Cerró brevemente en 2015 y volvió a abrir en 2017 tras una reforma.
5. Café Iruña (Pamplona)
El Iruña abrió en 1888 y es histórico no solo por su antigüedad, sino también por haber sido el primer establecimiento de Pamplona en tener luz eléctrica. Su cliente célebre más destacado fue Ernest Hemingway, a quien podemos ver en forma de estatua apoyado en la barra, y de quien se dice que empezó a escribir algunas de sus obras sentado en el café.
6. Café Bar Derby (Santiago de Compostela)
Abierto desde 1929 justo en la frontera entre la zona vieja y la zona nueva de Santiago, por el Derby han pasado ilustres como Valle-Inclán, Rafael Dieste o Carlos Casares. No es el café más antiguo de Galicia (ese está en Lugo), pero sí el más conocido y emblemático. Su fundador se lo vendió en los años 30 a dos empleados, que fueron los que lo convirtieron en un centro de la intelectualidad gallega en su era dorada. Parte de su decoración, que aún se conserva, fue realizada por Camilo Díaz Valiño.
7. Café Iruña (Bilbao)
Otro Café Iruña, este en Bilbao y abierto desde 1903. Con una decoración con tintes mudéjar y situado en un lugar muy céntrico —frente a los Jardines de Albia—, se convirtió pronto en un establecimiento frecuentado por gente de la vida intelectual de la ciudad. En sus mesas se sentaron escritores como Pío Baroja o Miguel de Unamuno. Actualmente está cerrado por reforma, pero planean abrir en unos meses.
8. Café Moderno (Logroño)
Es el mismo café, pero el cuarto nombre: fue Café Madrid en su apertura en 1916 como café del Teatro Moderno; fue Café Novelty unos años y poco después se convirtió en Café Oriental. Después de la guerra, y con el nombre Oriental manchado por un escándalo que lo relacionaba con centro de conspiración de izquierdas, cambió el nombre a Café Moderno.
9. Café Royalty (Cádiz)
En pleno centenario de las Cortes de Cádiz de 1812, la ciudad vio también en 1912 cómo se inauguraba su entonces nuevo Café Royalty. El espacio amplio y suntuosamente decorado, su carta y los conciertos que solía haber todas las noches lo convirtieron rápidamente en uno de los cafés más populares de la ciudad. Cerró en la guerra y funcionó como almacén en la posguerra. Después, quedó olvidado. Hasta que en 2008 la familia de la Serna Martín compró el local e inició los trabajos de restauración para devolverlo a su esplendor de principios de siglo.