Previo a la caída de Tenochtitlan, se veían seres deformes de dos cabezas y cuerpos humanos. Criaturas extrañas que, a poco de ser vistas, desaparecían.
La Ciudad de México está repleta de leyendas y un ejemplo claro de esto es la fundación de Tenochtitlán, datada el 18 de julio de 1325.
Chichen Itzá es un complejo que incluye a la pirámide de Kukulcán y a su impresionante calendario, que en los equinoccios genera curiosos espectáculos.
Cancerbero entre los griegos, Anubis entre egipcios, Xoloitzcuintle entre los náhuatl, estos seres acompañan el espíritu de los muertos hasta Mictlán.
"Por allá he oído un canto, lo estoy escuchando..."
Estas naciones aprovecharon milenios de conocimientos acumulados por todos los pueblos, haciendo converger todas las artes y ciencias conocidas.
Muchos se preguntarán con incredulidad dónde quedó tal grandeza. Sin embargo, Tenochtitlán es una realidad que yace bajo los suelos de la Ciudad de México.
“Los mayas profetizaron el derretimiento de los polos”. ¿Verdad o mentira?
Tenochtitlan fue la ciudad más iluminada del siglo XVI, por antorchas, hogueras y braseros ubicados en la parte superior de los templos.
“Se moderado y austero. Verifica que los demás coman primero; entonces toma agua y lava sus manos y sus bocas. Que, no por ser noble, perderás tu nobleza ni caerán los jades, las turquesas de tus manos llenas”.