El desafío: hacer enojar a un chileno
LOS CHILENOS NO SON GRITONES. Pocas veces escuché a uno de ellos gritar algo, excepto cuando está el fútbol de por medio, cuando se frustran momentáneamente por algún lío de tránsito y cuando protestan por reformas educativas, por supuesto. Lo único que me han gritado es “¡ciclovía!” cuando ando por la calle con mi bicicleta. Los chilenos suelen preferir la cocina a fuego lento, de manera que se quejan de las cosas entre ellos, pero no te van a zamarrear del brazo y llamarte la atención en público.
Muchas cosas que hacen enojar a los chilenos son de carácter regional. El orgullo nacionalista chileno surge y resurge cada vez que se habla del fútbol, de la economía, del precio del cobre y de lo bien que se está en comparación con los países vecinos. Teniendo en cuenta las condiciones geográficas, es decir que es un país largo y angosto que limita con Argentina, Perú y Bolivia (una de las pocas naciones de América sin acceso al océano), aquí están las claves para hacer enojar a un chileno.