El día Ce Ácatl del año Yei Cali, es decir día Uno Caña del año Tres Casa -que equivale en nuestro calendario al 13 de agosto de 1521-, el tlatohcan de Tenochtitlan (consejo especial) decidió, en audiencia con Cuauhtémoc, la rendición de su capital. Este fue el resultado de la incapacidad de mantener la defensa de la misma después de 75 días de sitio por parte de los españoles y sus aliados.
¿Con cuántos soldados rindió Cortés a Tenochtitlan?
La idea generalizada al día de hoy es que 800 españoles y miles de aliados nativos rindieron a Tenochtitlan, pero esta es una justificación muy vana, en la que no se cuentan los diversos factores que contribuyeron al trágico final del que una vez fue el Cem Anáhuac Tlali Yólotl, centro y corazón del mundo entre las aguas.
Para tener un panorama más amplio sobre la caída de Tenochtitlan, es preciso acudir a las obras de los testigos de los hechos: “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”, de Bernal Díaz del Castillo, y “Cartas de relación” de Hernán Cortés. Aunque también completaré con algunas fuentes nativas de la época, para completar el escenario.
Al momento de sitiar las ciudades de Tenochtitlan y Tlatelolco, Cortés urdió un plan para superar sus defensas. Esto nos lo cuenta en su Tercera Carta de Relación, en la que detalla que parte de la estrategia era cortar el suministro de agua potable proveniente desde Chapultepec:
“Otro día de mañana, los dos capitanes acordaron, como yo les había mandado, de ir a quitar el agua dulce que por caños entraba a la ciudad de Temextitan. Y el uno dellos con veinte de caballo y ciertos ballesteros y escopeteros fue al nacimiento de la fuente, que estaba a un cuarto de legua de allí, y cortó y quebró los caños que eran de madera y de cal y canto. Y peleó reciamente con los de la ciudad que se lo defendían por la mar y por la tierra y al fin los desbarató y dio conclusión a lo que iba, que era quitarles el agua dulce que entraba en la ciudad, que fue muy grande ardid”.
Al momento de llevar a cabo este ataque, el ejército de Cortés se encontraba dividido en tres grupos; al mismo tiempo ordenó preparar los bergantines para asediar la ciudad, pues como recordarás, Tenochtitlan era prácticamente una ciudad flotante en medio del lago de Texcoco, estando unida a la tierra firme por grandes y bien construidas calzadas (la de Tacuba al poniente, la de Tepeyac al norte y Iztapalapa hacia el sur). La ciudad se comunicaba también por miles de canoas que viajaban entre la capital y la tierra firme, transportando personas y mercancías.
Cortés colocó a Pedro de Alvarado en la ciudad de Tacuba:
“Y de la una guarnición, hice capitán a Pedro de Alvarado y dile treinta de caballo, y dieciocho ballesteros y escopeteros, y ciento y cincuenta peones de espada y rodela, y más de veinticinco mil hombres de guerra de los Tlascaltecal…”.
En el caso de la segunda guarnición, ubicada en Coyoacán, Cristóbal de Olid fue el encargado:
“De la otra guarnición hice capitán a Cristóbal de Olid, al cual di treinta y tres de caballo y dieciocho ballesteros y escopeteros y ciento y sesenta peones de espada y rodela y más de veinte mil hombres de guerra de nuestros amigos”.
Gonzalo Sandoval fue el encargado de la tercera guarnición en Iztapalapa:
“De la otra tercera guarnición hice capitán a Gonzálo de Sandoval, alguacil mayor y dile veinticuatro de caballo y cincuenta peones de espada y rodela-los cincuenta dellos mancebos escogidos que yo traía en mi companía- y toda la gente de Guaxocingo y Chururtecal y Calco, que había más de treinta mil hombres”.
Bernal Díaz del Castillo maneja cifras similares en cuanto al total de efectivos dentro del ejército, aunque afirma que el número de nativos que acompañan a cada guarnición era de ocho mil hombres.
“Y yendo nuestro camino con mucho concierto, como lo teníamos de costumbre, y como los mejicanos siempre tenían velas y guarniciones y guerreros contra nosotros cuando sabían que íbamos a dar guerra algunos de sus pueblos para luego le socorrer, ansí lo hicieron saber a los de Iztapalapa, para que se apercibiesen y les enviaron sobre ocho mil mejicanos de socorro…”.
Por otra parte, los trece bergantines, según Cortés, cuentan con 300 hombres:
“Para los trece bergantines con que yo había de entrar por la laguna, dejé 300 hombres, todos los más gentes de la mar y bien diestra; de manera que en cada bergantín iban veinte y cinco españoles, y cada fusta llevaba su capitán y veedor y seis ballesteros y escopeteros”.
Así que, como puedes apreciar, aquí se vuelve más claro con cuántos soldados rindió Cortés a Tenochtitlan: el ejército total de los invasores estaba compuesto por aproximadamente 800 españoles y cerca de 75 mil soldados nativos.
Para conocer un poco de la versión de los vencidos, tenemos el “Relato de la conquista”, un relato escrito en 1528 de forma anónima por un tlatelolca:
“Y esto fue todo. Habitantes de la ciudad murieron dos mil hombres exclusivamente de Tlatelolco. Fue cuando hicimos los de Tlatelolco armazones de hileras de cráneos tzompantli. En tres sitios estaban colocados estos armazones.
En el que está en el Patio Sagrado de Tlila es donde están ensartados los cráneos de nuestros amos españoles.
En el segundo lugar, que es Acacolco, también están ensartados cráneos de nuestros amos y dos cráneos de caballo.
En el tercer lugar, que es Zacatla, frente al templo de Cihuacóatl, hay exclusivamente cráneos de tlatelolcas.
Fue cuando quedó vencido el tlatelolca, el gran jaguar, el grán águila, el gran guerrero. Con esto dio su final conclusión la batalla.
Fue cuando también lucharon y batallaron las mujeres de Tlatelolco lanzando sus dardos. Dieron golpes a los invasores; llevaban puestas insignias de guerra; las tenían puestas. Sus faldellines llevaban arremangados, los alzaron para arriba de sus piernas para poder perseguir a los enemigos.
Y todo esto pasó con nosotros. Nosotros lo vimos, nosotros lo admiramos; con esta lamentosa y triste suerte nos vimos angustiados”
Por su parte, la “Visión de los vencidos”, de Miguel León Portilla, relata de forma poética y lúgubre relata este episodio:
“En los caminos yacen dardos rotos,
los cabellos están esparcidos.
Destechadas están las casas,
enrojecidos tienen sus muros.
Gusanos pululan por las calles y plazas,
y en las paredes está los sesos.
Rojas están las aguas, están como teñidas,
y cuando las bebimos, es como si bebiéramos agua de salitre.Golpeabamos, en tanto, los muros de adobe,
y era nuestra herencia una red de agujeros.
Con los escudos fue su resguardo,
pero ni con escudos puede ser sostenida su soledad.
Hemos comido palos de colorín,
hemos masticado grama salitrosa,
piedras de adobe, lagartijas, ratones, tierra,
en polvo, gusanos…”.
Si bien Cortés poseía una tecnología y estrategias de guerra superiores, lo cierto es que hubo además otros factores que le ayudaron a llevar a cabo con éxito su campaña: el hecho de contar con Malintzin como intérprete, o con Ixtlilxóchitl (Ishtlilshochitl). Y qué decir del enorme número de soldados a su disposición. Además de que para ese momento el cocoliztli o viruela ya había diezmado a la población mexica, incluyendo a sus ejércitos.
Ahora ya sabes un poco más sobre con cuántos soldados rindió Cortés a Tenochtitlan y el resto de los factores, pero si quieres aprender más puedes acudir a los libros que te mencioné arriba.