Photo: Barandash Karandashich/Shutterstock

¿Sabes quiénes eran los chaneques?

México
by Xiu 18 Sep 2019

Se ríen como niños, trenzan la crin de los caballos, esconden los objetos de las casas y hacen travesuras para asustar. Son seres pequeños que viven generalmente en el bosque, nunca muy lejos de las zonas pobladas, y que a más de uno le han sacado un susto… Sí, adivinaste, ¡son los traviesos chaneques! Hoy te voy a contar sobre la leyenda de estos duendes que han sido parte de la mitología de nuestro país desde tiempos prehispánicos y que, aún hoy, hay quienes aseguran que son reales.

En nahua se llaman “ohuican chaneque”, que se puede traducir como “los habitantes de los lugares peligrosos”. Al igual que los duendes de todo el mundo, los chaneques son seres que se encargan de proteger la naturaleza. Las leyendas más antiguas se han situado en el siglo IX y los describen como pequeñas personas de una estatura no mayor a un metro de altura, con cara de ancianos, con actitud traviesa, los pies al revés. Estos juegan con los intrusos que osan invadir su territorio, haciendo que pierdan el rumbo incluso por varios días.

Los mexica también les atribuían la capacidad de hacer perder a las personas su tonali, es decir, la suerte o destino con el que uno nace según el calendario prehispánico de Anáhuac.

Otras de las feas cualidades de estos pequeños es la de desaparecer las cosas de su sitio, como las llaves de la casa, el dinero, alguna joya, un papel importante o cualquier otro elemento de valor.

Hasta ahí no hay mayor problema, lo feo viene cuando escuchas los pasos, las risas o las cosas moverse…

Pero no creas que esto es solo una leyenda que se viene repitiendo de boca en boca desde hace más de 500 años… Si tienes la oportunidad de conversar con los habitantes pueblos de Veracruz, del estado de México, Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Puebla, Tlaxcala, Michoacán o Guanajuato, se van a repetir las historias de quienes aseguran haber visto o haber sido de víctimas de las travesuras de los chaneques.

En estos pueblos es muy cotidiano escuchar las historias de los duendes que trenzan la crin de los caballos, que asustan a las gallinas y guajolotes o jalan la cola de los perros.

Se cuenta que dos excelentes sitios para poner a prueba la autenticidad de los chaneques (y, de paso, tu valor para someterte a sus pruebas) son la selva de los Tuxtlas en Veracruz y el Centro Ceremonial Otomí Temoaya, donde muchos aseguran haberse llevado un gran susto al encontrarse cara a cara con estos seres.

Es que, como en todo, hay chaneques que se orientan hacia el bien y otros que son bien… malignos. Los primeros sólo son criaturas traviesas, e incluso gustan de vivir en los hogares de los humanos. Pero los segundos detestan la presencia del hombre y prefieren vivir alejados en la espesura del bosque y de la selva. Estos últimos son los más traviesos y los que van a hacer lo posible porque te vayas de su preciado territorio.

Fuentes
“Guía de seres fantásticos del México prehispánico”, de Marcia Trejo Silva
Relatos orales, es decir, historias que me contaron mis abuelos, y algunos viejecitos en Veracruz.

Este artículo fue actualizado por última vez el 18 de septiembre de 2019.

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