Si eres alguien en búsqueda de emociones fuertes, adrenalina y contacto con la naturaleza, te encantará practicar rafting. Este deporte consiste en descender por un río a bordo de una embarcación a remo, pasando por diversas dificultades, como las rocas que aparecen en el camino, los desniveles y las turbulencias producidas por la corriente.
El desnivel de los ríos hace que la embarcación se deslice a gran velocidad sobre el agua, convirtiendo el rafting en una actividad de cierto riesgo. De hecho, hay una escala internacional para medir la intensidad de los rápidos, la cual va del I al VI, aunque por lo regular los recorridos turísticos son de clase I a la III y las siguientes se consideran para expertos.