Por fin llega el día soñado, el día del viaje. Llegas al destino que llevas planeando, reservando y soñando meses con toda la ilusión del mundo. Tus expectativas sobrevuelan la estratosfera, alimentadas por los miles de fotos idílicas que viste en Instagram.
Y ya estás aquí, pero no es lo que esperabas.
El lugar es el mismo y esa plazuela tan coqueta que viste en mil fotos está allí. El “mejor restaurantito de la ciudad” que te recomendaron varias guías de viaje también está en la esquina que debe estar. El hotel, efectivamente, se encuentra en “uno de los barrios de moda”, con sus grafitis y sus cafés llenos de arte y de gente cool. Todo es como lo esperabas, pero algo rompe con la armonía y la poesía… ¿qué es?