Estos días pandémicos nos gusta hablar de que vivimos una situación histórica nunca antes vivida. En cierto modo, lo es: nunca un porcentaje tan alto de población mundial se había confinado en sus hogares a la vez. Pero no es la primera vez que un virus nuevo se expande por el mundo sembrando caos y tragedia. Y casi siempre, cuando buscamos en la historia referentes de otras pandemias, acabamos hablando de la gripe española. La mal llamada «gripe española», puntualizamos.
La pandemia de gripe que en 1918 recorrió el planeta y remató a una población ya debilitada por cuatro años de guerra mundial mató a entre 20 y 100 millones de personas (según estudios) y pasó a la historia con un gentilicio, española, no solo absurdo (las pandemias no son de un lugar, son de muchísimos países), sino también incorrecto. ¿Empezó en España la pandemia de gripe de 1918? No.
El origen de la gripe española
El 4 de marzo de 1918, Albert Gitchell (a veces aparece como Gilbert Mitchell), cocinero en el campo militar de Fort Riley, en Kansas, cayó enfermo: fiebre alta, pulso muy rápido, respiración dificultosa, y cianosis, como se llama al tono de piel azulado o grisáceo que provoca la falta de oxígeno en sangre. Enseguida hubo más casos de soldados enfermos con los mismos síntomas. En abril, muchos soldados estadounidenses llegaron a Europa para combatir en la guerra, llevando con ellos el virus.
Gitchell (o Mitchell) ha pasado a la historia como el paciente cero de la gripe de 1918, pero unos cuantos estudios rechazan desde hace tiempo esta teoría. Según parece, ya en 1917 se registraron casos similares en Francia, en un campamento militar británico en Étaples-Sur-Mer, al sur del país. Otros estudios sitúan el origen en otro campamento militar, en Texas, en noviembre de 1917. Hay también quien defiende un origen asiático. El paciente cero real sigue siendo un misterio, pero está claro que no fue en España.
¿Cómo llegó a España (y a Latinoamérica) la pandemia de gripe de 1918?
Una vez que el virus desembarcó en Europa, lo tuvo muy fácil para su expansión. En plena Primera Guerra Mundial, con mucho movimiento de soldados en grandes grupos, y una población ya castigada por la pobreza y el hambre, la epidemia se convirtió rápidamente en pandemia. Se cree que a España llegó en abril o mayo desde Francia: los jornaleros españoles que iban a Francia a trabajar se traían el virus a la vuelta. En ese momento, ya estaba en Alemania, Italia y el Reino Unido, por lo menos.
En verano, el virus más tarde identificado como H1N1 ya hacía estragos por toda Europa. Pero no fue pandemia por afectar solo a Europa y Estados Unidos: casi ningún territorio habitado del mundo quedó sin brotes. La India fue uno de los países más afectados, con aproximadamente 12 millones de muertos. Llegó también a Nueva Zelanda y a lugares remotos como la isla de Samoa. En Latinoamérica entró por los puertos, extendiéndose después por el resto del continente y dejando a su paso muchos muertos. En México, por ejemplo, se estima que murieron unas 300.000 personas.
¿Por qué es conocida como la gripe española?
Llegamos al quid de la cuestión: ¿por qué, si no se originó en España, es conocida internacionalmente como la «gripe española»? Básicamente, por haber informado mucho sobre cómo la epidemia estaba afectando al país. Las dos primeras oleadas de la epidemia, en primavera y en otoño de 1918, cuadraron todavía con la Gran Guerra en marcha y los países que participaban en ella censuraron la información sobre la enfermedad: transmitía debilidad al enemigo y bajaba la moral de sus propias tropas y población.
España, sin embargo, se mantuvo neutral durante la guerra, así que su prensa sí informó en profundidad sobre los estragos que estaba provocando aquella nueva y letal gripe, que mataba sobre todo a personas previamente sanas de entre veinte y treinta años. Por informar, se informó hasta de que el rey Alfonso XIII había contraído la enfermedad (que superó). Se creó así la impresión de que España había sido el primer país afectado y, por lo tanto, el origen de la pandemia. Los primeros en ponerle la etiqueta de Spanish a la gripe de 1918 fueron, se cree, los ingleses. Y así, como Spanish flu o gripe española, pasó a la historia.
La pandemia duró unos dos años. Tuvo tres oleadas: primavera y otoño de 1918, y principios de 1919. La segunda, la de otoño, fue la más mortífera. Hubo un cuarto brote en la primavera de 1920, pero mucho más débil.
Cuando volvió la normalidad, fueron los territorios en los que se habían impuesto medidas más estrictas y tempranas para controlar el contagio los que recuperaron antes su economía, según un estudio del MIT.