Visita Palacio Nacional entre semana y disfruta de sus murales a tus anchas.
Especialmente si vas entre semana —los fines de semana la fila suele ser bastante larga—, la entrada a Palacio Nacional es bastante sencilla. Una vez dentro podrás pasearte por sus jardines y patios, admirar la arquitectura centenaria del recinto y disfrutar de los murales de Diego Rivera que adornan las paredes a los alrededores del patio central. Para acceder, solo necesitarás mostrar una identificación y en el interior hay guías que te pueden dar un recorrido de forma gratuita.
2. Date una vuelta por el mercado más gourmet de la ciudad
La Ciudad de México tiene mercados para aventar para arriba, pero hay algunos que brillan entre la multitud de opciones. El Mercado de San Juan —oficialmente Mercado Ernesto Pugibet— es uno de estos lugares. Este es el sitio al que restauranteros y amantes de la comida gourmet han asistido por más de cien años para surtirse de los productos más exóticos que te puedas imaginar. Solo darte una vuelta por los pasillos del mercado te dejará boquiabierto, pero además de la venta de productos exóticos, muchos de los puestos del mercado son excelentes opciones para comer mariscos, baguettes, platillos con bichos y muchas otras exquisiteces.
Dónde: Ernesto Pugibet 21
3. Encuentra tu café favorito
Lo de siempre en La Pagoda.
La calle de 5 de Mayo es una de las más bonitas del Centro y es una de las mejores opciones para evitar los tumultos de Madero mientras te desplazas entre la Alameda y el Zócalo. Un atractivo adicional de esta calle es la aglomeración de cafés con las tres bes. El Popular, La Pagoda, La Blanca y El Cardenal (está a media cuadra, así que lo podemos incluir) son algunos de los lugares más clásicos para desayunar, comer, cenar y tomar el café de media mañana. Todos estos lugares tienen ese aire atemporal que le queda tan bien al Centro Histórico y dos de ellos —La Pagoda y El Popular— se encuentran abiertos hasta altas horas de la noche.
4. Conoce una de las dulcerías más antiguas de México
La Dulcería de Celaya es toda una institución del Centro Histórico. Fue fundada en 1874 y hasta el día de hoy se mantiene en manos de sus fundadores, la familia Guízar. La tienda que está en 5 de Mayo lleva ahí más de cien años y es un deleite tanto por la variedad de sus dulces como por el estilo art nouveau que impregna cada uno de los detalles del local. No importa si prefieres los dulces de leche, las cocadas o el chocolate, aquí vas a encontrar más de un motivo para romper la dieta.
Dónde: 5 de Mayo 39, entre Isabel la Católica y Motolinia.
5. Súbete a la Latino
Esta es la vista desde el mirador en un día medio despejado.
No puedes decir que conoces la ciudad si nunca has entrado a la Latino. Cuando se inauguró en 1956, era uno de los edificios más modernos del mundo, con elevadores que rompían récords de velocidad y un sistema de pilotes que permitió que se empezaran a construir rascacielos en zonas sísmicas. Hoy hay muchos edificios más altos que la Latino regados por la ciudad, pero la vista desde su mirador sigue siendo de las mejores. Hay varias opciones para admirar el Centro desde la torre: puedes simplemente subir al mirador principal (el boleto incluye la entrada a un pequeño museo con la historia de la torre y la ciudad), disfrutar de una rica cena en Miralto —piso 41— o de unos tragos en el Skybar —piso 40—, o tomarte un café en la terraza del Café de la Gran Ciudad. Este último está en el piso 9, pero la vista no deja de ser digna de admirarse.
6. Encuentra tu nuevo tequila favorito
El Museo del Tequila y el Mezcal se encuentra en plena Plaza Garibaldi. Aquí no sólo podrás aprender de los procesos y la historia alrededor de dos de las bebidas más famosas de México, también podrás poner en práctica lo aprendido en el restaurante y la cantina que se encuentran en el mismo museo. En este lugar también hay una tienda con un surtido extraordinario de tequila y mezcal que acaparará la atención de neófitos y expertos degustadores por igual.
7. Obtén una mejor vista de la Catedral mientras te echas un mezcalito
Esta es la vista desde el Balcón del Zócalo.
O un café o una comida completa. Son muchos los restaurantes que ofrecen balcones con vista al Zócalo, pero dos muy buenas opciones son El Balcón del Zócalo y La Terraza del Gran Hotel Ciudad de México. Independientemente de tu elección, tendrás una de las mejores vistas del Centro Histórico mientras disfrutas de una comida digna de una ocasión especial. Conviene reservar.
8. Busca personajes ilustres en un panteón
A espaldas de la Iglesia de San Hipólito se encuentra uno de los panteones con más historia de la ciudad: el Panteón de San Fernando. Este lugar fue un cementerio para la clase alta de la Ciudad de México durante parte del siglo XIX y posteriormente fue declarado Panteón de Hombres Ilustres. Aquí se encuentran enterrados una gran cantidad de personajes importantes de la historia de México, incluyendo a Benito Juárez e Ignacio Zaragoza. San Fernando es un monumento histórico nacional y un museo de sitio de gran valor estético.
9. Toma una visita guiada de Bellas Artes
Bellas Artes es uno de los edificios más interesantes del Centro.
Bellas Artes es mucho más que sus exposiciones y espectáculos. La mejor manera de conocer la historia de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad es a través de las visitas guiadas gratuitas que se organizan de martes a viernes a las 13:00 y 13:30 horas. Si sólo conoces Bellas Artes por fuera o sólo has entrado para ver alguna exposición, esta es una oportunidad que no puedes desaprovechar. Consulta las redes del Palacio de Bellas Artes para más información y enterarte de otros eventos especiales.
10. Visita el Museo del Templo Mayor
No es necesario ir hasta Teotihuacán para presenciar la grandeza de las antiguas civilizaciones mesoamericanas. En pleno Centro Histórico se encuentran los restos del Templo Mayor de Tenochtitlan y un museo de sitio extraordinario en el que se exhiben algunas de las piezas más importantes de la cultura mexica.
11. Recorre las librerías de Donceles
Donceles es una de mis calles favoritas para caminar.
Donceles es otra de esas calles que vale la pena recorrer sin prisas. No sólo te vas a encontrar con algunos de los edificios más bellos de la zona —aquí se encuentran el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris y el Palacio Legislativo de Donceles—, sino con una espectacular aglomeración de librerías de viejo. Si eres amante de los libros, tómate una tarde para caminar de Allende a República de Brasil y entra a todas las librerías que veas a tu paso. Te aseguro que te encontrarás con algún tesoro que te será imposible abandonar. Aquí el que busca, encuentra.
12. Échate un danzón en la Ciudadela
Los sábados por la mañana los amantes de baile —especialmente del danzón— se reúnen en la Plaza de la Ciudadela para sacar a relucir sus mejores pasos. El despliegue de atuendos, talento y entusiasmo es razón suficiente para quedarte admirando o participando de este espectáculo popular y escaparte de la rutina por un buen rato.
13. Come en uno de los mejores puestos de tacos en la ciudad
¿Qué sabes de tacos si no has comido en Los Cocuyos?
Hay muchas opiniones acerca de los mejores tacos de la Ciudad de México, pero algo en lo que todo el mundo coincide es en que, si de puestos se trata, tienes que comer en Los Cocuyos. Los de suadero y los campechanos son la gloria y el lugar está abierto prácticamente toda la noche.
Dónde: Simón Bolívar 56
14. Trasnocha con un chocolatito en El Moro
A pesar de que cada vez hay más sucursales de El Moro por aquí y por allá, nada se equipara a la experiencia de visitar el sitio que les dio origen. El Moro fue fundada en 1935 y desde entonces se ha mantenido en el mismo lugar, vendiendo churros y chocolate a una clientela tan diversa como la propia Ciudad de México.
Dónde: Eje Central Lázaro Cárdenas 42. Abierto las 24 horas.
15. Entra al Monumento a la Revolución
¿Sabías que el Monumento a la Revolución originalmente iba a ser un Palacio Legislativo?
Hay varios tipos de recorridos que te permiten admirar este gran símbolo de la ciudad. Puedes subir al mirador principal, tomar un recorrido guiado, recorrer los cimientos e incluso llegar a la linternilla, el punto más alto del Monumento a la Revolución. A veces se organizan eventos especiales en los que puedes ver el amanecer desde lo alto de la estructura. Sigue las redes sociales del Monumento a la Revolución para enterarte de próximos eventos.
16. Pasa por unos panes a La Ideal
La Pastelería Ideal fue fundada en 1927 y desde entonces se ha ido consagrando como uno de los expendios de pan más reconocidos de la ciudad. La sucursal original se encuentra a espaldas de la Torre Latino y en su interior cuenta con una cafetería y una exhibición bastante colorida de toda la variedad de pasteles que ahí se ofrecen. No hay chilango que se respete que no haya deambulado por las calles del Centro cargando la típica caja blanquiazul de La Ideal.