Como mexicano en el extranjero es normal que, después de unos meses fuera de casa, empieces a extrañar un poco tu país. Y más allá de extrañar el calor de tu familia o a tus amigos, siendo realista, lo que más extrañas es la comida en sus miles variaciones.
La búsqueda del mejor restaurante mexicano en la ciudad en la que estás viviendo se convierte en deporte olímpico y es prácticamente imposible encontrar un lugar en el que la comida sea auténtica. Si llegas a tener suerte y encuentras algún lugar, surge un nuevo problema: los únicos platillos que sirven son enchiladas y tacos. Tal vez con eso se te quite un poco el antojo, pero no te dejará verdaderamente satisfecho.