1.
Amas El Ávila. Todo tiene que ver con este cerro: le tomas fotos, sabes siempre dónde está el norte gracias a él; te encanta y te parece el mejor del planeta.
2.
Dices “Caracas es Caracas y lo demás es monte y culebra”. Lo dices en broma, pero lo dices.
3.
Gritaste en el gusanito al pasar por la manzana. Porque todos fuimos a Bimbolandia cuando éramos niños…
4.
Y te comiste un perro caliente y un jugo en Mi Juguito (sabes que sí).
5.
Hablas mandibuleado (eso no tiene explicación).
6.
Y caminas rapidísimo. No entiendes por qué los demás se tardan cuando van subiendo las escaleras del metro: tú, corres.
7.
Te da risa el tráfico de otras ciudades. Porque si aprendiste a manejar en Caracas, eres experto en conseguir los caminos verdes.
8.
Sabes que de Pelota a Marrón queda en el centro. Y a lo mejor no conoces esas esquinas, pero las has escuchado desde pequeño.
9.
Le cuentas a otros que en la ciudad hay un teleférico. Y que arriba, hace frío.