Photo: amkaplin/Shutterstock

Xochipili y el uso de plantas de poder entre los nahua

México
by Xiu 13 Sep 2019

El 2 de Noviembre de 1967, en el municipio de Tlalmanalco en el Estado de México, a las faldas del Iztaccihuatl, en lo que antes fue una importante confederación chalca, fue localizada una hermosa escultura mexica de Xochipilli, “el príncipe de las flores”, deidad de quienes se dedicaban a las artes y señor protector de las plantas, de los juegos, de la danza y de los placeres.

Según los vecinos, la imagen fue encontrada específicamente en la localidad de Miraflores. En esta representación, Xochipilli lleva tatuadas en su cuerpo algunas plantas y podemos verlo en trance, meditando, por lo que pareciera ser el consumo de las plantas sagradas (de eso se trata este artículo, de plantas de poder entre los nahua). También era símbolo de fertilidad, de los juegos en la infancia y todas las expresiones de felicidad humana.

“Xochipilli” proviene de dos vocablos nahua distintos:

Xóchitl: flor.
Pili: es un término para referir a los niños y jóvenes de la nobleza, indistintamente de la función para la que serían designados en el gobierno cuando crecieran.

Xochipilli, entonces, se traduce como “joven noble de las flores” o “príncipe de las flores”.

Se entiende a simple vista la alusión a las flores, pues en su cuerpo se pueden ver tatuadas algunas, en tanto que lo de “pili” conlleva un análisis mayor. Sin embargo, está claro que este término señala que se trata de un jóven o un niño.

Ahora bien, Xochipilli -en la representación a la que nos referimos, la cual se encuentra en el Museo Nacional de Antropología,- puede apreciarse en un estado de éxtasis, con las piernas cruzadas y sus manos suspendidas, mientras su rostro mira hacia el cielo.

Para el botánico Robert. G. Wasson («El hongo maravilloso: Teonanacatl»), los tatuajes del cuerpo de Xochipilli son los alucinógenos utilizados por las culturas prehispánicas, los que a continuación te describo.

Las plantas de poder entre los nahua, tatuadas en Xochipili

Flor de sinicuichi o hierba de los espíritus

Es una hierba que produce unas pequeñas flores amarillas de seis pétalos, y la bebida que se prepara con ella contiene 16 alcaloides activos diferentes, cuyo compuesto principal es la fenilalanina. Esta sustancia tiene una estructura similar a la dopamina y a la adrenalina, lo que produce un efecto relajante al hacer que disminuya la frecuencia cardíaca. También tiene un leve efecto alucinatorio visual y auditivo.

Ololiuqui

Se trata de una enredadera que produce hojas ovaladas de entre seis y ocho centímetros de largo, de flores cónicas de color blanco y amarillo en forma de estrella con un aroma muy agradable. Produce unos pequeños frutos con forma de cápsula, con pequeñas semillas oscuras que al ingerirse producen alucinaciones, dada su concentración hidroxietilamida del ácido lisérgico.

Niño de las aguas

Es un hongo endémico de México que crece sobre los restos de madera en zonas montañosas. Sus principales activos son la psilocina y psilocibina, que producen alucinaciones visuales con deformación de contornos y exageración de contornos, además de pérdida de la noción del tiempo y el espacio.

Flor de tabaco

Es una planta de grandes hojas y flores hermosas. Alcanza una gran altura, aproximadamente la de una persona adulta, y es capaz de sintetizar y conservar en sus hojas secas un potente alcaloide llamado nicotina que es un estimulante o relajante.

Como puedes apreciar, cada una de éstas plantas de poder entre los nahua cumplen la función de una droga que estimula los sentidos y por supuesto que también la creatividad.

Según Wasson, los mexica utilizaban estas plantas para poder tener acceso al Tlalocan, que es el paraíso de Tláloc, pues creían que los alucinógenos provenían del árbol sagrado del Tamoanchan que se encuentra sobre los trece cielos, y también estaban relacionados con el árbol sagrado del Tlalocan. Allí tenían visiones en otro tiempo y espacio, las cuales plasmaban después a través del arte, la poesía y la pintura.

Así que, como puedes ver, Xochipilli sería la representación de la inspiración misma y, en su cuerpo, tiene tatuados los secretos de cómo accedían a ella los artistas y visionarios nahua.

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