Justo nació en Zaragoza, donde se convirtió en estrella de las jotas y maestro del cierzo. Fue trasladado a Madrid como enviado diplomático para limar asperezas con los maños. Y Madrid le pagó unas vacaciones temporales en Japón. A su vuelta se autodeclaró como sensei del cierzo, dueño y señor de los elementos. Se le va mucho la pinza. Twitter.