Hacé que el otro asuma la voz de la experiencia.
Un porteño siempre estará bien dispuesto a conversar. Si recién lo conociste y querés empezar una conversación, formulá preguntas generales o particulares, pero hacele sentir que el saber lo tiene él (o ella), y que su conocimiento te puede ayudar. Preguntale qué lugares te recomienda visitar; dónde deberías ir para comer buena carne; o qué recaudos deberías tomar para moverte seguro en Buenos Aires. Dejalo hablar y poné cara de estar muy interesado. Pocas cosas más emocionantes para un porteño que la sensación de ser útil con un extraño.