Empecemos porque fui a conocer Chichén Itzá el domingo de la Semana Santa, así que mi visita fue más un experimento social multitudinario que cualquier otra cosa.
Algunos viajeros son muy organizados y hacen su investigación antes de ir a un sitio tan importante como Chichén Itzá. Prefieren saber a qué hora conviene visitarlo y hasta en qué momento del año. Yo «me dejo fluir” un poco más en mis viajes, pero debo admitir que no haber investigado temas prácticos antes de conocer el edificio maya más icónico de todo México y una de las siete nuevas maravillas del mundo fue un gran error. Como siempre, los errores nos pueden enseñar cosas, incluyendo cuáles nuestras creencias operativas disfuncionales (es decir, cómo creemos que funciona el mundo cuando en verdad no es así).
Por otro lado, tengo que admitir que la hereje que hay en mí disfrutó de celebrar Pascuas en una pirámide maya… Otro buen momento no católico para visitar y disfrutar en multitud es durante un equinoccio (la imagen es del 21 de marzo).