No siempre es posible viajar adonde queremos, a veces tenemos que conformarnos con soñar desde casa. Una forma fantástica de hacerlo es a través del cine. Viendo películas podemos ir preparándonos para nuestro próximo viaje o incluso descubrir que queremos ir a un lugar del que nunca habíamos oído ni hablar. La inspiración puede llegar a través de la pantalla. Ya llegará el momento de volver a salir a explorar el mundo. Estas son 14 películas para viajar sin salir de casa:
1. La bicicleta de Pekín
Seguimos a Guo Liangui, de 16 años, que trabaja como repartidor en Pekín. ¿Su modo de transporte? Una bicicleta. Esto es solo el principio y ni siquiera el conflicto principal de esta película en la que recorremos la capital china no solo en bici, sino también a pie y corriendo. Además de ver cómo era Beijing en el momento (2001), reflexionaremos sobre el trabajo y el amor.
2. Trilogía Antes del…
En 1994, el americano Jesse y la francesa Céline se conocen en un tren, se bajan en Viena y recorren juntos la capital austríaca de noche, mientras hablan y hablan. Volvemos a encontrarlos en 2003 en París, que paseamos con ellos. En 2012 los reencontramos en en Grecia, al sur del Peloponeso. Cada lugar es una película, Antes del amanecer, Antes del atardecer y Antes de medianoche, protagonizada por los mismos actores, Ethan Hawke y Julie Delpy, y dirigida por Richard Linklater. No siempre verás bien los lugares que recorren, a veces el plano se cierra tanto sobre ellos que es lo único que aparece en pantalla. Pero son momentos en los que la conversación es tan intensa que en realidad ellos tampoco están viendo nada de lo que les rodea.
3. Despedidas
Esta maravilla dirigida en 2009 por Yôjirô Takita nos presenta Japón a través de uno de los aspectos que más nos dicen sobre una cultura: su relación con la muerte. El protagonista, interpretado por Masahiro Motoki, es un chelista fracasado que se ve obligado a aceptar un trabajo en una funeraria de su pueblo natal y encargarse de preparar los cuerpos siguiendo el ritual funerario tradicional. Incómodamente divertida a veces (sobre todo al principio), solemne y emocionante en otras ocasiones, sentirás que conoces mejor Japón después de verla. Ganó el Oscar a Mejor película extranjera.
4. Copenhagen
William es un estadounidense de 28 años bastante inmaduro que recorre Europa buscando sus raíces, información sobre su padre, que era danés, y a su abuelo. En el hostel en el que se aloja en Copenhague conoce a Effy, que solo tiene 14 años y que trabaja allí como parte de sus prácticas. Los dos conectan y recorren juntos la capital danesa en busca de las huellas del padre de William, con la esperanza de encontrar también y conocer a su abuelo. No os preocupéis, no pasa nada que no deba pasar entre un hombre de 28 años y una niña de 14. La película, de 2014, fue la ópera prima del director Mark Raso.
5. La historia del camello que llora
Estamos en el desierto del Gobi, en Mongolia. Una familia de nómadas sufre al ver cómo, tras un parto difícil, una camella no quiere amamantar a su recién nacido camello albino. Para intentar solucionarlo, llaman a un maestro músico de una aldea vecina para que toque el violín y ver si así la camella se ablanda, llora, y acepta a su cría. Se trata de un documental de 2004 tan, tan bonito que te hará querer ir a Mongolia y conocer a los pueblos nómadas y sus camellos.
6. La vida secreta de Walter Mitty
Walter Mitty (Ben Stiller) lleva una existencia gris y aburrida. Trabaja en la sección de negativos fotográficos de la revista Life, pero él nunca hace nada interesante, aunque tiene una imaginación desbordante en la que a veces se evade. La pérdida de un negativo hará que viva todas esas aventuras y viajes que ni se había atrevido a imaginar. Islandia, Groenlandia, Afganistán… Una de esas películas para viajar perfecta para acabar con una sonrisa en los labios.
7. The Lunchbox
Bienvenido al caos de Bombay, en la India, donde hay un servicio que funciona sin errores y como un reloj, tanto que hasta ha sido estudiado por científicos de Harvard (esto es cierto): el reparto de comida a los trabajadores. Son normalmente sus mujeres quienes preparan la comida, la guardan en un recipiente especial y, antes de comer, un repartidor la recoge y lleva aún caliente al lugar de trabajo del marido. Cada día se reparten cerca de 200.000 tuppers sin error. La película, sin embargo, parte de uno. El receptor de una comida especialmente rica —él, viudo, usa un servicio también de preparación de comida— mete una nota en el tupper de vuelta y así se inicia una bonita relación epistolar y gastronómica entre el trabajador y una mujer poco valorada por su marido.
8. Come, reza, ama
Por supuesto, por supuesto, no íbamos a olvidar esta película. Basada en el best-seller autobiográfico de Elizabeth Gilbert y protagonizada por Julia Roberts, la protagonista, recién divorciada y algo perdida, se lanza en un viaje en el que comerá en Italia (doy fe de que las pizzas del Da Michele en Nápoles son casi orgásmicas), rezará en la India y amará en Bali. Por el camino, claro, se encontrará a sí misma.
9. El paciente inglés
Esta película de 1996, con olor a clásico, ganó nueve Oscars (Mejor película y Mejor director incluidos). Protagonizada por Ralph Fiennes y Juliette Binoche y dirigida por Anthony Minghella, cuenta la historia de Hana, una enfermera francocanadiense durante la Segunda Guerra Mundial, y un paciente del que solo saben por su acento que es inglés. ¿Adónde nos lleva? Aunque la acción principal se desarrolla en Italia, los flashbacks que nos descubren la historia del paciente nos sitúan en el desierto del Sáhara.
10. Katmandú, un espejo en el cielo
Nos trasladamos a la capital de Nepal con Laia, una maestra catalana que empieza a trabajar en una escuela de uno de los barrios más pobres. Decide quedarse para ayudar más y cambiar más cosas (un poco white savior, sí), pero se le acaba el visado así que opta por un matrimonio de conveniencia. Conoceremos Katmandú y algo de Nepal y soñaremos con las montañas en esta película dirigida por Icíar Bollaín.
11. Once
Las calles de Dublín están llenas de música. Un músico callejero irlandés, interpretado por el músico Glen Hansard, y una música callejera checa, interpretada por la música Markéta Irglová, se conocen y se enamoran. Ambos músicos (en la vida real) ya tenían un proyecto musical juntos, The Swell Season, y se conocían desde que ella tenía 13 años. Durante la película, de 2007, se enamoraron de verdad, como sus personajes, así que puedes creértelo todo mucho mientras descubres Dublín. Se separaron en 2009, pero eso no tienes por qué saberlo.
12. The Way
Todo queda en familia. Martin Sheen y su nieto Taylor (hijo de Emilio Estévez) hicieron el Camino de Santiago juntos en 2003, cuando Taylor tenía 19 años. En el viaje, conoció a la que se convertiría en su mujer. De la experiencia nació la idea de hacer una película sobre la ruta de peregrinación, que dirigió Estévez y protagonizó Martin Sheen. Sheen, por cierto, es hijo de gallego, por lo que siempre mantuvo una estrecha relación con Galicia, donde acaba la ruta. Viendo la película te entrarán ganas de hacer el Camino también.
13. Diarios de motocicleta
Gael García Bernal y Rodrigo de la Serna se meten en la piel del Che Guevara y de Alberto Granado, respectivamente, en esta película de 2004 que los sigue en el viaje que hicieron en 1952 por América del Sur. Dirigida por Walter Salles, hace que de verdad sientas que estás con ellos recorriendo el continente, admirando sus paisajes y entendiendo su diversidad cultural. Perfecta para entender cómo Ernesto Guevara se convirtió en el Che.
14. Bunny And The Bull
Esta comedia es una locura surrealista en la que vemos varios países de Europa a través de los recuerdos de Stephen, el protagonista agorafóbico que lleva un año sin salir de su piso. Lo que recuerda es el viaje por el continente que hizo el año anterior, antes de estar encerrado, con su amigo Bunny. ¿Fue bien el viaje? Pues algo traumático, ya que fue lo que desencadenó la agorafobia de Stephen. Hay mucho estereotipo y mucha imaginación, pero es una película tan loca, divertida y absurda y que se toma tan poco en serio que te hará querer visitar esa Europa recordada y distorsionada.