Chiapas posee la belleza de lo indómito y lo salvaje y para nadie es un secreto que el mayor potencial para el turismo se encuentre en sus paisajes selváticos, sus ríos, lagos, sus pueblos mágicos y los vestigios prehispánicos del estado, así como en la incomparable ciudad de San Cristóbal de las Casas. Sin embargo, su costa esconde lugares secretos y muy encantadores. La cuenca del llamado “Mar Muerto” de la Costa de Chiapas y Oaxaca es una gran laguna de aguas calmas, alimentada por el Océano Pacífico, y alberga unas playas que no debes dejar de conocer Aquí te las presento, ojalá que puedas ir pronto.
La costa chiapaneca también es un encanto. ¡Mira si no nos crees!
Boca del Cielo
Sí, la mítica boca del cielo existe y está en Chiapas. Es un sitio precioso, cuyo nombre es el de la playa ficticia de la película “Y tú mamá también”.
Hay que llegar al pueblito, donde los lancheros están en espera de los viajeros para cruzarlos al otro lado. Es una especie de barra donde, por un lado, se encuentra la tranquilidad del “mar muerto” (llamado así por la cualidad calma de sus aguas) y, por el otro, el fuerte oleaje del mar vivo. En esta fotografía vas a poder puedes apreciarlo muy bien.
Hay muchísimas palapas rústicas que ofrecen una enorme variedad de platillos hechos con productos frescos del mar. Aquí uno puede sentarse a beber y a esperar que los vendedores aparezcan con las delicias de la costa chiapaneca, entre las que se destacan el macabil (foto 1), la hueva de pescado frita (foto 2) y los cascos de mulas (foto 3).
Bahía Santa Brígida y la Isla de los Pájaros, en Arriaga
Es un pueblo que colinda con Oaxaca y aquí tampoco hay mar abierto, por lo que sus aguas con bien tranquilas.
Ideal para relajarse a pleno.
La Isla de los Pájaros es un santuario de aves migratorias que han hecho de la isla su hábitat. Es una maravilla verlas volar sobre los manglares.
Para comer te recomiendo las jaibas en salsa verde, sin dudas las mejores del estado. Las preparan las señoras del lugar y se sirven en todas las palapas.
Paredón y su mercado de pescados y mariscos
Paredón es el pueblo pesquero chiapaneco por excelencia.
Aunque te parezca raro, la belleza del sitio está particularmente ligada a su abandono, al desorden de cientos de pescadores que se lanzan a altamar y horas después vuelven al pequeño malecón donde muchos compradores están esperando los productos frescos del mar.
Ahí mismo se establece un pequeño mercadillo de mariscos, todo en las primeras horas del día. Luego, el pueblo vuelve a su calma habitual.
Puerto Arista y Playa del Sol
Estas playas están una a lado de la otra y son las más turísticas de Chiapas.
Para alojarse hay de todo: existen desde sitios pequeñas pensiones donde ofrecen cuartos a los viajeros, hasta hoteles de varias estrellas donde la playa tiende a ser más privada.
Los raspados que venden en la playa, en unos carritos de madera, son un clásico.
Madresal
Madresal es una enorme playa con un complejo de cabañas donde lo único que hay que hacer es descansar y disfrutar del mar en todo su esplendor.
A este sitio llega poca gente, si uno corre con suerte toda la playa puede ser para uno.
Hay que llegar a una comunidad llamada Ponte Duro y luego cruzar en lancha un pequeño manglar.
Chocohuital
Es una pequeña comunidad de Pijijiapan. En el pueblo de una sola calle empiezan a existir complejos turísticos que pretenden ser de gran escala. Sin embargo, la verdadera belleza del sitio se encuentra cruzando el estero, en las palapas de la gente del lugar.
Existe un sitio de increíble belleza que los lancheros conocen y se encuentra cerca del lugar llamado Bocabarra. Allí las playas solitarias y las aguas calmas del estero son increíbles.
Caminando sobre la arena rumbo al sur, se encuentra el lugar donde las aguas del estero (o “Mar muerto”) se unen a lo salvaje de las aguas del Pacífico.
Te aseguro que el lugar va hacerte creer que te encuentras lejos, muy lejos de la civilización.