Muchos lugares en el mundo están promoviendo formas de moverse que no dependan de la posesión individual de automóviles. Los motivos sobran. Por ejemplo, caminar y andar en bicicleta ayuda a las personas a tener mejor salud, y si combinamos estas formas de movilidad con transporte público, hacemos un uso más eficiente de las calles que manejando vehículos individuales. Además de la congestión, los automóviles consumen gas y petróleo (energía no renovable, cada vez más cara) y contaminan el aire… ¿Qué sentido tiene poseer un automóvil que conducimos dos horas al día y mantenemos estacionado (pagando estacionamiento) el resto de las 22 horas del día? Esto se vuelve más evidente ahora que existen opciones para alquilar automóviles, compartir viajes o tener un “taxi” en la puerta de tu casa en minutos a través de plataformas digitales.
Grandes ciudades del mundo, como París, Buenos Aires, Londres o Los Ángeles ya cuentan con calles peatonales reconocidas. Otras ciudades están considerando hacer de sus centros históricos lugares donde no se pueda ingresar con automóviles individuales. Barcelona está avanzando con las «supermanzanas«, que implican limitar la circulación de automóviles dentro de un conjunto de manzanas, para así cumplir con su Plan de Movilidad Urbana 2013-2018. En este contexto, es importante mirar cómo han funcionado algunos pueblos y centros históricos que son peatonales desde hace tiempo, y observar qué se puede replicar en otras ciudades.
Por último, y no menos importante, las zonas peatonales resultan ser lugares alucinantes para recorrer como viajeros, con calles llenas de vida y sorpresas en cada esquina. Buscando imágenes de estos pueblos, agregué por lo menos cinco nuevos lugares a la lista de sitios que quiero visitar antes de morir, empezando por…
1. Medina de Fes, Marruecos
Se la considera la mayor zona peatonal del mundo. Desde 1981, forma parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
La Medina fue fundada por Idris II en el año 809, y aunque no es la capital del país, su peso relativo en temas de religión y cultura la vuelven uno de los sitios más importantes de la historia del Mediterráneo. La zona contiene algunos de los más hermosos edificios de Marruecos, producto de la interacción entre muchas culturas a lo largo de siglos. Además cuenta con la universidad más antigua del mundo, la Universidad de Al-Karaouine.
Las medinas de El Cairo, Túnez, Casablanca, Meknes, Essaouira y Tánger son tan extensas como recomendables. Y se recorren mejor a pie.
2. Venecia, Italia
La ciudad está construida sobre un archipiélago de 118 pequeñas islas (incluyendo a Murano y Burano), unidas entre sí por 455 puentes. Con sus canales, Venecia se da el lujo de no permitir vehículos a motor, lo que la vuelve una ciudad peatonal y navegable con más de 260000 habitantes.
Hay embarcaciones de mayor porte -como los vaporettos, que se usan para el transporte colectivo- y otras más pequeñas y pintorescas, como las góndolas.
La excepción es Lido de Venecia, donde anualmente se realiza el famoso festival de cine. En esta isla larga y angosta, de 12 kilómetros de extensión, si es posible utilizar vehículos. De hecho, hasta puedes llegar a la isla en tu propio automóvil -utilizando el ferry Tronchetto-.
3. La ciudad medieval o “vieja” de Rodas y la acrópolis de Lindos, Grecia
La ciudad vieja de Rodas fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988. Según la época del año, partes de la ciudad medieval están invadidas por turistas, que caminan entre las calles empinadas y angostas. Lo mejor, dicen, es ir en la primavera, así se evita el calor y los turistas del verano (la temporada alta va de marzo a octubre).
Se cree que la isla de Rodas ha estado habitada desde el período neolítico, y debido a su excepcional ubicación geopolítica, es un cruce de caminos entre Europa, Oriente Medio y África. Entre el 292 y el 226 antes de Cristo, una de las siete maravillas del mundo antiguo estuvo ubicada en este lugar: el Coloso de Rodas, una estatua que representaba al dios griego del sol, Helios.
Después de caminar por calles que guardan tanta historia, puedes comer un tsoureki.
Se trata de un postre griego que consiste en masa de pan dulce, con almendras en la parte superior, relleno de chocolate y cubierto de chocolate. Su sabor… ha sido equiparado al placer de los dioses.
Lindos está ubicada a 55 kilómetros de Rhodas. En la cima del territorio citadino de casas blancas y callecitas estrechas se sitúa la acrópolis, una ciudadela histórica que a lo largo de la historia fue fortificada por griegos, romanos, bizantinos, hospitalarios y otomanos. Hoy en día, los que suben hasta la acrópolis, en burro o caminando, son premiados con vistas espectaculares, tanto de Lindos, como de puertos vecinos.
Las callecitas de Lindos no necesariamente prohíben los automóviles, pero son angostas y terminan llevando al visitante a recorrer a pie. De esa manera, uno puede admirar las puertas de madera arqueadas de las casas, el revestimiento de piedra, y los intrincados suelos bizantinos, que crean motivos a partir de piedras blancas y negras.
4. La Cumbrecita, Argentina
No solo en Europa hay pueblos que se disfrutan mejor de a pie. La Cumbrecita, ubicada en la provincia de Córdoba, Argentina, es el primer pueblo peatonal del país, pero no el único (como se explicará más abajo).
Este pueblo, a 1450 metros sobre el nivel del mar, se encuentra a 830 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. Y la distancia… supera los kilómetros. En palabras del periodista Daniel Pardo (BBC Mundo) “es difícil saber si en La Cumbrecita (…) se vive como en el pasado o en el futuro. Pero, en todo caso, se vive en otro tiempo”.
La Cumbrecita tiene 1.100 habitantes, 736 plazas hoteleras y recibe a unos 500 mil turistas al año. En temporada alta, suele haber hasta dos mil automóviles estacionados en las afueras de La Cumbresita, y pagan alrededor de $110 pesos argentinos (menos de 10 dólares americanos) al día por el estacionamiento. (Casi) nadie se queja por pagar estacionamiento, que la comuna devuelve prestando servicios a los visitantes.
Visitar La Cumbresita es ver con ojos propios cómo se puede vivir con un impacto reducido en el ambiente. El pueblo forma parte de una reserva natural, y honra eso con varias medidas y políticas, empezando por sus estrictos códigos de zonificación y edificación.
“Casi todas las casas de La Cumbrecita se abastecen de energías renovables. Los plásticos, vidrios y metales se reciclan en una planta a pocos kilómetros. Lo orgánico es puesto en el jardín de cada casa, donde los ciudadanos -que aprendieron la técnica en la secundaria local- tienen mecanismos para crear compost que luego le aplican a la tierra de sus huertas. La comunidad cuenta con una planta de tratamiento cloacal, así como sistemas para recoger el agua en pozos y en el Río Almbach, un cristalino afluente que se añade a otras actividades de aire libre que frecuentan los turistas.” Fuente: BBC
5. Purmamarca, Argentina
Purmamarca es un lugar mágico ubicado en la provincia de Jujuy, Argentina. Con el Cerro de Siete Colores y el Paseo de los colorados como marco natural, el poblado de Purmamarca cuenta con una población de 2500 habitantes según el último censo (del año 2010)… y muchos turistas. Purmamarca ofrece 800 plazas de alojamiento y recibe unos siete mil turistas por día en temporada alta. Las visitas anuales superan el millón de personas.
Los viajeros que llegamos a Purmamarca alucinamos no solo con el paisaje natural, sino también con las artesanías, la gastronomía y las casas de adobe. Todo esto tiene que ser preservado de la gran cantidad de visitantes anuales. Aún no es un pueblo peatonal propiamente, pero va camino a serlo pronto. Purmamarca está aprendiendo de la experiencia de La Cumbresita como pueblo peatonal, y ambas localidades forman parte de la “Red Nacional de Comunas con Identidad”.
6. Matheran, India
Se trata de un pueblo a 90 kilómetros de Mumbai, que ha sido declarado por el Ministerio de Ambiente, Bosques y Cambio Climático de la India como “región eco-sensible”. Los vehículos han estado prohibidos en Matheran desde, por lo menos, 1854. La única forma de automóvil permitida en Matheran es una ambulancia operada por el Municipio. Para moverse dentro del pueblo, hay caballos disponibles y “rickshaws” o bicitaxis conducidos por personas del lugar.
Según dice el blog SOBRE INDIA, el significado de Matheran en español es “cubierta de jungla”.
“Además de estar salpicado de hermosos bosques de jambul, su accidentado relieve brinda al visitante maravillosos miradores que le permitirán disfrutar de una panorámica única, consistente en abruptos acantilados teñidos de un verde omnipresente e intenso. El descubrimiento de la zona se le atribuye al recaudador de impuestos británico Hugh Malet, quien llegó a Matheran en 1850 a través del sendero conocido como Escalera de Shivaji. Ciento setenta años después, la zona aún conserva su singular belleza, gracias en parte a la prohibición del tráfico rodado —incluyendo incluso las bicicletas— y del veto a la utilización de bolsas de plástico.” Fuente.
Una de las opciones es llegar al pueblo en tren: primero se debe llegar a Neral (con la línea Matheran Hill Railway), y desde allí tomar un tren de trocha angosta de Neral a Matheran. Hay pocas opciones: salen a las 8.40 a.m., 11.00 a.m., o a las 5.00 p.m. La otra opción para los visitantes es viajar en autobús desde Panvel a Dodhani (15 km). Desde Dodhani, uno puede hacer una caminata segura y sencilla, y llegar a Matheran justo para la puesta de sol (que es espectacular). Muchos eligen hacer este viaje durante el monzón, caminando a través de un área de bosque con árboles verdes exuberantes.
7. Mdina, la ciudad silenciosa de Malta
En la actualidad, Mdina es una de las principales atracciones turísticas de Malta (un país insular al sur de Italia) y alberga alrededor de 750,000 turistas al año. Sin embargo… Tiene apenas 2.500 metros cuadrados y cuenta con una población de 306 habitantes.
No se permiten automóviles (más allá de algunos vehículos vehículos de emergencia, coches de boda y caballos). Esto ha llevado a que se gane el apodo de «la ciudad silenciosa».
Mdina mezcla arquitectura normanda y barroca. Los viajeros pueden recorrer edificios con más de cuatro siglos de historia, incluyendo la Catedral de San Pablo.
8. Isla de Paquetá, Brasil
Es una isla brasileña en la bahía de Guanabara, Río de Janeiro. El nombre, de origen tupí, significa «muchas pacas» -las pacas son unos roedores locales, y la palabra paca también se usa para estar vigilante o siempre atento’.
La isla es una zona libre de automóviles, por lo que los viajes se limitan al uso de las bicicletas y coches tirados por caballos.
Una de las atracciones de Paquetá son sus «baobabs», un árbol africano que muchos conocemos gracias al libro El Principito. Uno de los baobabs se llama «María Gorda», y se ha vuelto famoso porque los residentes besan al árbol buscando suerte.
9. Centro histórico de Salamanca, España
Caminar por Salamanca es como pasear por el Medioevo rodeado de jóvenes alternativos del siglo XXI. ¡Me ha encantado esta ciudad!
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988, la ciudad vieja de Salamanca y su plaza mayor restringen la circulación de vehículos. De acuerdo al Plan de Movilidad y al Plan de Gestión de la Ciudad Vieja, la peatonalización de todo el centro de la ciudad se incrementará hasta alcanzarse en 2020. Según un periódico local, «en total serán 27 kilómetros de calles peatonalizadas, el doble que en la actualidad, pues el objetivo es potenciar el turismo, motor económico de la ciudad«.
Dentro de España, otras zonas consideradas como «casco histórico» son principalmente peatonales, o tienen restringido el ingreso de vehículos. Tal es el caso del casco histórico de Toledo y de Bilbao, áreas de Santiago de Compostella, así como sectores de Granada, Sevilla y Málaga.