Photo: Galicia Sustentable

El día que Nezahualcóyotl se enfrentó al feminismo

México
by Xiu 12 Feb 2020

Es difícil de creer que haya existido algo similar al feminismo en el México prehispánico, ¿verdad? Sin embargo, en este artículo te cuento un poco sobre la historia de dos mujeres que se enfrentaron a la justicia durante el gobierno de Nezahualcóyotl, en defensa de lo que ellas consideraban eran sus derechos y necesidades sexuales.

Para los padres de familia de la Excan Tlatoloyan (alianza entre Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan), la crianza de los niños era muy importante, pues de ello dependía el futuro del imperio, por ello se hacía énfasis en la rectitud de la educación. Los consejos dados eran prácticamente una ley:

“Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no abandones la ley de tu madre”.

“Códice Florentino”.

Lamentablemente, como en toda época, las mayores exigencias eran para las mujeres, quienes a diferencia de los hombres, tenían que gozar de cierta reputación para no ser mal vistas por la sociedad. Como muestran los huehuetlahtolli, los consejos de las madres mexica a sus hijas, aquellas tenían como misión convertir a sus hijas en mujeres honorables.

“Pero si bien te aplicas ¿De qué te han de reprender? No sin razón serás estimada entre la gente, estarás satisfecha de ti misma, te enorgullecerás. Entonces pues, nos harás alzar la cabeza, estaremos orgullosos de ti”.

“Códice Florentino”.

En la Excan Tlatoloyan el papel de las mujeres no fue diferente al del resto de las sociedades alrededor del mundo, siendo privadas de algunos privilegios que los hombres han gozado, como los privilegios sexuales. Por ejemplo, las mujeres debían ser vírgenes a la hora de consumar el matrimonio. Así lo podemos apreciar en los huehuetlahtolli:

“No quieras no más, enseguida, el trato carnal, ni saber las cosas que se dicen sucias, impuras, que aunque en verdad cambies, ¿te harás por ello una diosa?. No te des prisa a echarte a perder. Ve con calma, ve con mucha calma”.

“Códice Florentino”.

Claro que estas exhortaciones eran iguales para hombres y para mujeres, pero resulta que en ellas es más fácil de comprobar la virginidad que en ellos, lo cual resulta una ventaja para los hombres. Por ello las madres, temerosas de que sus hijas fuesen repudiadas por su futuro marido, aconsejaban mantenerse “puras” hasta el día de su primer encuentro después del matrimonio. Por este motivo, también les aconsejaban que evitasen la vanidad.

“No desees, no quieras coloretes ni cosméticos, pintura para los dientes, pintura para la boca, pues demuestra vanidad, demuestra embriaguez, y es uso de malvivientes, de mujeres inquietas y malas, de borrachas que son la perdición de la tierra, es propio de esas que andan tomando toloache, que andan bebiendo pulque verdoso, que se llaman mujeres alegres”.

“Códice Florentino”.

Sin embargo, como puedes apreciar, las madres mencionan “mujeres inquietas y malas, borrachas y alegres”, que desde una limitada visión religiosa o purista podríamos juzgar como libertinas, pero que fueron seguramente aquellas que preferían vivir sin prejuicios.

Fueron precisamente dos mujeres que han quedado registradas por una singular anécdota, quienes nos muestran que la lucha por la igualdad no es un asunto nuevo y que existieron experiencias de feminismo en el México prehispánico.

El relato fue escrito por Fray Bernardino de Sahagún, en el Códice Florentino:

“He aquí aún otra palabra; ponla en tu corazón, toda ella será tu aviso y ejemplo, de ahí deducirás cómo debes vivir casto en el mundo.

En el tiempo del señor Nezahualcóyotl dos vejezuelas fueron apresadas; eran de cabeza blanca como la nieve, como si trajeran hebras de pita metidas en ella; y las apresaron porque habían cometido adulterio contra sus viejos maridos; los adúlteros eran mozalbetes novicios del templo.

El señor Nezahualcóyotl les pregunta, les dice: Oíd, abuelas nuestras ¿Qué pensáis? ¿Tenéis acaso aún deseos carnales? ¿Estando ya como estáis no os habéis aplacado? ¿Pues cómo vivíais cuando jóvenes? Hablad, decídmelo, que para eso estáis aquí.

Ellas dijeron: Señor nuestro y rey, oiga vuestra alteza: Vosotros los hombres cesáis de viejos de querer la deleitación carnal, por haber frecuentádola en la juventud, porque se acaba la potencia y la simiente humana; pero nosotras las mujeres nunca nos hartamos, ni nos enfadamos de esta obra, porque es nuestro cuerpo como una sima y como una barranca honda que nunca se hinche, recibe todo cuanto le echan y desea más y demanda más, y si esto no hacemos no tenemos vida”.

Esta es la anécdota que los padres contaban a sus hijos varones para persuadirlos de no abusar el sexo en la juventud, pues de hacerlo así, con el tiempo perderían el interés y tal vez tendrían que soportar lo que los maridos de las ancianas, por no poder complacer a sus esposas.

Como puedes apreciar, en primer lugar el relato habla sobre dos ancianas con el cabello totalmente blanco, es decir, de una edad muy avanzada, que fueron apresadas por cometer adulterio con dos jovencitos, quienes seguramente acudieron al encuentro de buena voluntad, pues es difícil imaginar a dos mujeres mayores intimidando a dos muchachos para complacerlas.

Ante esta situación, Nezahualcóyotl siente curiosidad sobre el por qué, y ellas argumentan que los hombres dejan de añorar el placer sexual por abusar de él en la juventud, situación que no es igual para las mujeres. Sus razones, entonces, suenan a una queja en nombre de todas ellas, claro que dirigiéndose con el respeto que merecía su tlatoani, sin enfrentarlo de manera directa, pero siendo sinceras respecto de la situación femenina.

Como recordarás, Nezahualcóyotl dictó durante su mandato una serie de leyes que aplicaron también sus aliados en sus reinos, y en ellas se menciona que el adulterio es penado con la muerte. En el caso de las mujeres, de la siguiente manera:

“La adúltera y el cómplice, si fuesen sorprendidos por el marido en el delito, muriesen apedreados y para la justificación fuese bastante la denuncia del marido…”.

“Historia de la nación chichimeca”.

En virtud de que estas leyes eran conocidas por todos en el imperio, había aquí un acto de rebeldía por parte de las ancianas, y no un simple delito, pues en el relato anterior las ancianas no niegan el hecho y más aún, lo aceptan, pero expresando primero su justificación, por lo que se intuye que conocían las consecuencias.

Para nuestro infortunio, el relato no nos deja saber que sucedió con las ancianas, ni la decisión que el todo sabio Nezahualcóyotl tomó respecto de la situación.

Dos escenarios pueden venir a nuestra mente:

El primero de ellos, es aquel en el que Nezahualcóyotl determinó ejecutar la pena de muerte como se encontraba establecido, dando muestra así de que nadie, ni aún por su edad o condición física se encontraba fuera de la ley.

El segundo queda totalmente librado a tu imaginación.

Sin embargo, algunas cosas son seguras. Las ancianas finalmente murieron, ya sea por la edad o por el cumplimiento de la ley, sus valientes declaraciones representan un ejemplo de feminismo en el México prehispánico, y ni Nezahualcóyotl ni la misma muerte fueron capaces de arrebatarles el revolucionario placer que les brindó aquella aventura. 

Fuentes:
– “Libro sexto del Códice Florentino” Bernardino de Sahagún.
– “Historia de la nación chichimeca” Fernando de Alva Ixtlixóchitl.
– “¿Feminismo prehispánico?”, Eduardo Matos Moctezuma para la revista Arqueología Mexicana, núm. 153.