En la cosmovisión nahua habrían existido un gran número de deidades que se encargaban de tareas muy específicas, lo que puede resultar confuso a primera vista. Pero la explicación se facilita una vez que se comienza a desgranar dicha mitología. Tezcatlipoca, por ejemplo, es uno de los dioses primarios, omnipotente señor del Cielo y de la Tierra, el cual tiene varias facetas distintas como Tepeyolotl, que se traduce como “corazón de la montaña” y que es el dios de los terremotos. Ahora… además de Tezcatlipoca ¿quiénes son los otros dioses primigenios de Ometeotl?
Bien, comencemos por el principio, que en este caso es dual, es decir, el origen de estos dioses es una energía doble, que representa a los opuestos y se llama Ometeotl. Ometeotl se traduce como ome=dos/dual y teotl=fenómeno/energía, y es el principio generador de nuestra realidad que se compone por ometecuhtli=señor dual y omecihuatl=señora dual. Se trata de una representación de las fuerzas antagónicas de nuestro espacio-tiempo, como el día y la noche, el frío y el calor, arriba y abajo, masculino y femenino, que nos dan la facultad de conceptualizar nuestra realidad.
Esta energía dual tuvo que delegar sus funciones para regir el mundo, y por ello la pareja encargó a cuatro deidades primigenias que los nahuas conocieron como los cuatro tezcatlipocas y que son los siguientes:
– Tezcatlipoca negro: Yaotl.
– Tezcatlipoca blanco: Quetzalcóatl.
– Tezcatlipoca azul: Huitzilopochtli.
– Tezcatlipoca rojo: Xipe Tótec.
Cada uno de ellos cumple con un encargo en nuestra realidad y su fin es siempre el equilibrio:
Yáotl, al que conocemos simplemente como Tezcatlipoca (espejo humeante), estaba representado con el rostro pintado de amarillo, con una franja negra en el centro, un espejo en el pecho y, además le faltaba un pie, que había usado como carnada para atraer al monstruo Cipactli y asesinarlo para crear el mundo junto a Quetzalcóatl.
“…Tezcatlipoca era tenido por verdadero dios, e invisible, el cual andaba en todo lugar, en el cielo, en la tierra y en el infierno; y cuando andaba en la tierra movía guerras, enemistades y discordias, de donde resultaban muchas fatigas y desasosiegos.
Decían que él mismo incitaba a unos contra otros para que tuviesen guerras y por esto le llamaban Necoc Yáotl, que quiere decir sembrador de discordias de ambas partes; y decían él sólo ser el que entendía en el regimiento del mundo, y que él solo daba las prosperidades y riquezas, y que él solo las quitaba cuando se le antojaba; daba riquezas, prosperidades y fama, y fortaleza y señoríos, y dignidades y honras, y las quitaba cuando se le antojaba, por eso le temían y reverenciaban, porque tenían que en su mano estaba el levantar y abatir, de la honra que se le hacía”.
Bernardino de Sahagún, “Historia general de las cosas de la Nueva España”.
Quetzalcóatl es el dios que le dio el maíz a la humanidad. También es quien, junto a Tezcatlipoca, creó el mundo y reunió los huesos de las cuatro humanidades anteriores para crear a la nuestra, era representado como una serpiente emplumada.
“A este Quetzalcóatl, aunque fue hombre, teníanle por dios y decían que barría el camino a los dioses del agua y esto adivinaban porque antes que comienzan las aguas hay grandes vientos y polvos,y por esto decían que Quetzalcóatl, dios de los vientos, barría los caminos a los dioses de las lluvias para que viniesen a llover”.
Bernardino de Sahagún, “Historia general de las cosas de la Nueva España”.
Huitzilopochtli fue el dios tutelar de los mexica, Señor de la Guerra, nacido de su madre Coatlicue para derrotar a sus hermanos las estrellas y a su hermana la Luna, Coyolxauhqui (pintada con cascabeles). Es representado con su arma xiuhcoatl (serpiente de fuego).
“Este dios llamado Huitzilopochtli fue otro Hércules, el cual fue robustísimo, de grandes fuerzas y muy belicoso, gran destruidor de pueblos y matador de gentes. En las guerras era como fuego vivo muy temeroso a sus contrarios…”.
Bernardino de Sahagún, “Historia general de las cosas de la Nueva España”.
El último de los dioses primigenios de Ometéotl es Xipe Tótec. Fue el señor descarnado, representado como un hombre desollado, el cual representaba el desprendimiento de la hierba seca del campo, la regeneración del maíz y de la vida humana en general.
“Este dios era honrado de aquellos que viven en la orilla de la mar. Atribuían a este dios estas enfermedades que se siguen: primeramente las viruelas, también las apostemas que se hacen en el cuerpo y la sarna; también las enfermedades de los ojos. Todos los que eran enfermos de algunas de estas enfermedades dichas, hacían voto a este dios.
La imagen de este dios, es a manera de un hombre desnudo, que tiene un lado teñido de amarillo, y el otro de leonado, tiene la cara labrada de ambas partes a manera de una tira angosta que cae desde la frente hasta la quijada…”.
Bernardino de Sahagún, “Historia general de las cosas de la Nueva España”.
Ahora ya sabes quiénes son los cuatro dioses primigenios de Ometéotl según la cosmovisión nahua, que es igual de compleja que muchas otras en el mundo y que vale la pena estudiar para conocer un poco más sobre nuestras raíces.