Mangos
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No conozco a un solo mexicano que no le guste el mango y tampoco conozco a un solo mexicano en el extranjero que no suspire de antojo y nostalgia ante la sola idea de un mango fresco en rebanadas con su buena dosis de limón y chile. Pues este manjar, por más que lo identifiquemos con nuestra cultura y nos recuerde a ese árbol gigante del patio de nuestra abuelita, dista mucho de ser mexicano. El origen de esta fruta se encuentra en la India y el sudeste asiático, aunque el cultivo se extendió por toda América Latina después de la conquista. Los españoles, que durante el siglo XVI también tenían colonias en Filipinas, trajeron la especie a nuestro país. Se llevaron el oro, pero al menos nos dejaron los mangos y algunas cosas más.