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9 alimentos muy mexicanos que vienen de otras partes del mundo

México
by Dámaris con Acento 30 Jan 2020

Mangos

 

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No conozco a un solo mexicano que no le guste el mango y tampoco conozco a un solo mexicano en el extranjero que no suspire de antojo y nostalgia ante la sola idea de un mango fresco en rebanadas con su buena dosis de limón y chile. Pues este manjar, por más que lo identifiquemos con nuestra cultura y nos recuerde a ese árbol gigante del patio de nuestra abuelita, dista mucho de ser mexicano. El origen de esta fruta se encuentra en la India y el sudeste asiático, aunque el cultivo se extendió por toda América Latina después de la conquista. Los españoles, que durante el siglo XVI también tenían colonias en Filipinas, trajeron la especie a nuestro país. Se llevaron el oro, pero al menos nos dejaron los mangos y algunas cosas más. 

 

Tamarindo

 

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¿Te imaginas la gastronomía mexicana sin tamarindos? ¿Qué sería de nuestras aguas frescas y nuestros dulces típicos? A mí me cuesta trabajo pensarlo. Babeo ante la sola idea de unos jarritos de tamarindo enchilado, un raspado, un rellerindo o unos tarugos. Ese sabor agridulce del tamarindo es irreemplazable y está íntimamente ligado con varios aspectos de nuestra cocina. Al igual que el mango, el tamarindo tiene su origen en la India, donde juega un papel importante en distintas recetas tradicionales. 

 

Flor de Jamaica

 

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Otro ícono de las aguas frescas mexicanas que viene de tierras lejanas. El origen de la flor de jamaica no tiene nada que ver con México ni tampoco con Jamaica. Esta planta (Hibiscus sabdariffa) tiene su origen en las zonas tropicales de África y llegó a México junto con los esclavos africanos durante la época colonial. 

 

Caña de Azúcar

 

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Tanto la caña de azúcar como sus derivados son indispensables en múltiples recetas mexicanas. Imagínense el café de olla sin piloncillo o el tradicional ponche navideño sin sus cañas enteras para darle sabor. Esta planta llegó a México de manos de los españoles —aunque la caña de azúcar es originaria del sudeste asiático—, quienes impulsaron el cultivo de este preciado producto en los ingenios azucareros a lo largo y ancho del país. En estos lugares, indígenas y africanos eran explotados para cubrir la demanda de azúcar en América y Europa.

 

Limón 

 

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Sí, cuesta trabajo creer que Moctezuma no se comía sus taquitos con limón. Porque los mexicanos simplemente no podemos concebir nuestra gastronomía sin el sabor ácido y vibrante del limón verde, que a veces le dicen mexicano pero que en realidad viene —como muchas cosas de esta lista— del sudeste asiático, donde se ha cultivado desde hace miles de años. Al igual que la naranja y otros cítricos, llegó a México por medio de los españoles. 

 

Cilantro

 

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La birria sonorense se come sin cilantro, pero mi madre no puede soportar la idea de un taco sin cebolla y unas buenas cucharadas de esta hierba, así que se lleva un mini tupper con cilantro picado cada que vamos a desayunar birria a algún puesto. Sé que la fascinación por el cilantro no es exclusiva de mi madre, pero tampoco de los mexicanos. El cilantro se usa abundantemente en las cocinas de Asia, aunque su origen es incierto. 

 

Chamoy

 

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El chamoy tiene su origen en Japón, específicamente en las ciruelas encurtidas denominadas umeboshi. En china se consume un producto similar, solo que con ciruelas secas y saladas.  Si has tenido oportunidad de probarlas, no podrás negar su similitud con el chamoy. Estos productos llegaron a México con la ola de migrantes asiáticos del siglo XX, quienes en su mayoría se asentaron en el norte de México, particularmente en los estados de Sinaloa y Sonora. En 1950 un inmigrante japonés decidió producir umeboshi utilizando chabacanos mexicanos en lugar de las ciruelas japonesas y les dio el nombre de chamoy. Es probable que la combinación de estos diferentes productos, fusionados con las frutas, chiles y condimentos locales, diera origen al chamoy como lo conocemos hoy en día.   

 

Casi toda la proteína animal que consumimos habitualmente

 

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Aunque cueste trabajo creerlo, las civilizaciones prehispánicas en México tenían muy poco acceso a la proteína animal proveniente de especies domesticadas. Comían codornices, guajolotes y liebres, pero la gran mayoría de estas fuentes de alimento eran producto de la caza. Los españoles introdujeron una mayor variedad de aves de corral, el cerdo y la res. La carne asada del norte, la cochinita pibil, el pollo con mole y tantos otros platillos, fueron resultado de la fusión gastronómica indígena y española. 

 

Una larga lista de especias

 

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¿Qué tienen en común el clavo de olor, la canela la pimienta negra y el ajo? Que son indispensables en la preparación del mole poblano, la birria y muchas otras recetas altamente valoradas por nuestros paladares mexicanos. Pues ninguno de estos condimentos se utilizaba en el México precolombino, puesto que son nativas de Asia y llegaron al continente americano (sí, de nuevo) con los españoles.