Con el papá de mis dos hijos tenemos una muy buena relación. Tan buena que hasta seguimos viajando los cuatro juntos. Acá desvelo el secreto...
Gracias a mis hijos, ahora sé que lo mejor que puede pasarme durante un viaje es algo que ni yo misma ni ninguna guía de turismo podremos anticipar jamás.
Como dice la canción de César Isella, “uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida”. Por eso, Patagonia, ¡volveremos!
Mis hijos me demostraron que son mucho mejores viajeros que yo: “Mami, ¡todos comen comida en los puestitos! Tenemos que hacer lo que hacen los locales".
Consejos de primera mano por nuestra Editora en Jefe Laura Bernhein, que acaba de pasar cinco meses con sus hijos en la CDMX.
Tras una caminata en el parque Metropolitano, podrían pensar que es normal tener una selva en medio de la ciudad.
Mmmm… ¿No hay algo realmente bueno, bonito y barato para comprar en el NOA?
Temes que explorar cenotes -supuestamente creados por el mismo meteorito que extinguió a los dinosaurios- estimule demasiado la imaginación de tus nenes.
¿Y si tus hijos se hacen de amigos para toda la vida jugando en la playa, verano tras verano? No, hay cosas más importantes que cultivar la amistad...
Mientras nos preparamos para volver a las rutas junto con Gaia -nuestra bebé-, nos inspiramos con familias viajeras que andan dando vueltas por el mundo.
9. Recolectar ustedes mismos las frutas que van a comer.
Las calles de México están llenas de momentos mágicos. Si no quieres que tus hijos crean que el mundo es un lugar maravilloso… ¡Jamás vayas a México!