Tatacuexcomatl, el más grande de ellos, tiene menos de 18 metros de altura. Nos acercamos para ascender al cráter, pero justo antes de llegar encontramos los respiraderos de los tubos de lava. Ingresamos por un hoyo en el suelo y nos internamos a gatas, cuidadosamente, en el sistema de túneles.
Al pie de los cerros Ocuilan y Alumbres se encuentran las Lagunas de Zempoala, “lugar de muchas aguas”, enclavadas en los verdes valles del Parque de 4670 hectáreas.
Durante mi último viaje por Quintana Roo recibí una invitación para unirme a buzos que iban a Punta Herrero, dentro de la reserva de la biosfera de Sian Ka’an. - Oigan, pero yo no sé bucear, ¿a qué voy?, les pregunté. - Hay tanto afuera del agua como adentro, no te arrepentirás, me respondieron. Y tenían toda la razón.
En el estado de Querétaro, dentro de la zona semidesértica de Peñamiller, se esconde un paraíso muy poco conocido y sumamente fotogénico. Esta es una crónica en imágenes de mi última visita al Cañón
¿Nunca has estado en Cádiz? Estas fotos harán que te quieras mudar allí.
Cuentan los lugareños que en épocas otoñales la cascada deja de ser un velo que acaricia las piedras y se convierte en un sifón de agua que salta hasta conectarse con la segunda maravilla, formando una gran cascada de más de 60 metros de altura.
Las barrancas de San Juan, el antiguo cráter y la vastedad del paisaje hacen de esta cumbre una belleza sin igual. En días claros, se puede ver el Pico de Orizaba, el Popo y el Izta, y en días con nubes se está muy cerca del cielo.
El camino hasta el Puente de Dios es una delicia.
63 mil hectáreas tiene la Sierra de Nanchititla, de las cuales 1528 están cercadas para conformar el Parque Estatal del mismo nombre. Se trata de un lugar mágico de la naturaleza en el estado de México: bosques, peñas, desfiladeros, ríos, pozas, valles; un paraíso para los amantes del ecoturismo.
Caminamos entre pozas, formaciones de lava milenaria y decenas de vericuetos; paisajes pocas veces vistos, que dan la sensación de estar en otro mundo, que es mitad agua y tierra ataviada de mármol, y mitad cielo.
Bajo un cielo azul y ardiente, entre montañas áridas y desnudas, el elemento vital transforma el agreste semidesierto en un oasis para los amantes del ecoturismo y la pesca deportiva: la presa Zimapán.
En menos de un siglo, ¡los frailes y nativos levantaron 272 edificios conventuales! Muchos de estos edificios han logrado llegar hasta nuestros días gracias a grandes proyectos de restauración, que ha ido de la mano de nuevos usos, tales como museos, centros culturales y galerías de arte. Aquí te recomiendo los 10 ex-Conventos más bonitos de México, seleccionados por su belleza, contenido, historia y calidad espacial arquitectónica.