Ya sea que se trate de eventos que ocurren una sola vez, o de procesos que demoran semanas, meses o años, todas estas experiencias o cosas para hacer antes de morir nos recuerdan que el mundo sigue siendo un lugar maravilloso.
Introducción especial de David Miller:
Vivo con mi familia en Estados Unidos ahora, y un 4 de Julio nos paramos en un muellecito del Green Lake a esperar que aparecieran los primeros fuegos artificiales en el cielo oscuro de Seattle. Excepto por el estallido ocasional de alguna bombeta, había paz y silencio. Nuestra hija, que entonces tenía nueve meses, dormía en su butaca del auto. Mis padres estaban parados cerca, tomándose de las manos. El agua golpeaba contra los pilares de muelle. Nadie hablaba.
Todavía con la mirada hacia arriba, se me ocurrió que si cada persona saliera cada noche a mirar el cielo, el mundo sería un lugar diferente. Mejor.
Y entonces comenzaron los fuegos artificiales a lo lejos. Oíamos los estruendos apagados algunos segundos después de las explosiones de colores. Layla se despertó, seguramente contagiada por la emoción. La alzamos para que viera el despliegue de fuegos de artificiales por primera vez. Sonreía y levantaba las manos al cielo, como si quisera atrapar lo que veía.
Cuando terminó, mi mamá dijo: “Si ella tiene suerte, tendrá otros 100 años de fuegos artificiales”. Lo que me hizo pensar sobre lo que Layla verá durante su vida, y lo que yo todavía quiero ver en la mía. Hay tanto para conocer, y por otro lado, hay mucha menos tierra libre y vida salvaje. A veces siento que estamos corriendo una carrera contra el tiempo para poder experimentar algo antes de que se agote, se gaste o se llene de gente.
Y aún así las experiencias de “una vez en la vida”, las que Josh Lew y otros miembros de la comunidad de Matador han recopilado aquí, trascienden el tiempo. Ya sea que se trate de eventos que ocurren una sola vez, o de procesos que demoran semanas, meses o años, todas estas experiencias nos recuerdan que el mundo sigue siendo un lugar maravilloso.