La mulata de Córdoba se escapó de su cautiverio y de la pena de muerte impuesta por la Santa Inquisición en un barco dibujado por ella misma en las paredes de la cárcel.
“El varón (adúltero) moría asado vivo y, mientras se iba asando, lo iban rociando con agua y sal hasta que ahí perecía y a la mujer la ahorcaban…”.
Se la reconoce como la única “cirujana psíquica”, por sus grandes dones para analizar la mente de las personas que acudían a ella y realizar “cirugías” inexplicables.
Ya sea por sus colores o por su picardía, esta forma de agradecimiento ha logrado hacerse de un lugar respetado dentro del arte popular mexicano.
Tesoros, fantasmas, enanos, sirenas, encantamientos de todo tipo… En Almería no íbamos a ser menos y nuestra cultura popular está llena de historias y leyendas.
La ayahuasca se utiliza en rituales de sanación sudamericanos, con la finalidad de limpiar el cuerpo y la mente y de acceder a estados de consciencia amplificados. Son comunes la aparición del vómito continuo, diarrea, y de catarsis como la risa y el llanto. Por otro lado, la mayoría de los consumidores reportan la presencia de una amorosa figura femenina que les guía en este viaje; por lo que es llamada “la abuelita ayahuasca, la madre”.
Cada 12 de marzo, Don Goyo cumple un año más de vida y, aunque no sabe a ciencia cierta cuál es su edad, él espera su molito con arroz y a sus invitados para celebrar a lo grande.
“La igualdad llegará cuando una mujer tonta pueda llegar tan lejos como hoy llega un hombre tonto" (Estella Ramey).
¿Cómo fue el templo de San Hipólito se convirtió en “el templo de San Judas Tadeo”?
Un proverbio es un dicho breve con una doctrina o enseñanza moral. Presta atención, ¿cuántas de estas enseñanzas parten de la observación de la naturaleza?
Estas herramientas para meditar diariamente, auto-conocerse, relajarse y desahogar pensamientos son útiles para principiantes y avanzados. ¿Conoces otras? ¡Compártelas por favor!
“Dios mío, yo te ofrezco mi dolor: ¡es todo lo que puedo ya ofrecerte! Tú me diste un amor, un solo amor, ¡un gran amor! Me lo robó la muerte... y no me queda más que mi dolor”.