Los maracuchos dicen que somos amargados, pero no es cierto...Lo que pasa es que ellos se ríen de todo y no aguantan nuestra cara seria de agite caraqueño.
Tranquilo, este “allioli” está muy suave, no pica.
Esa es la fórmula mágica para convencer a un quiteño de casi cualquier cosa:
Gonzalo Guerrero abandonó toda forma de pensamiento y vida española, y adoptó las del pueblo que lo acogió, que le dio hijos y una nueva vida.
Ver una persona con ruanas te recuerda a… aquella que seguramente te tejió tu abuelita para protegerte del frío, ¡que no te la quitabas ni para dormir!
Llevar la bandera de la tierra a todos los lados. No sabemos qué buen asturiano se encarga de llevarla a lugares insospechados, pero desde luego, la bandera asturiana llega a rincones de todo tipo y condición.
Los cordobeses no somos ningunos boludos, somos unos culiados. Y si no... ¡preguntale a Paul McCartney!
Cuando te tropiezas con un trocito de tu terruño en tierras extranjeras, es inevitable sentir cómo el corazón se encoge y a la vez se calma el guayabo...
El sinaloense no dice que ya eres adulto… Dice que estás peludo. El sinaloense no dice que está sucio… Dice que está chamagoso.
Aprender del ingenioso invento llamado “Delivery de bebidas”, invitar a alguien a tomar unos mates y beber vino sin que sea una ocasión especial.