Ya ves que la historia siempre la escriben los que ganan. Por eso, debes investigar por ti mismo lo que no te cuentan en la escuela y llegar a tus propias conclusiones.
Las prácticas sexuales de los huastecos de la región de Pánuco no solo escandalizaron a los españoles, sino también a los pueblos del centro de México.
El cacao fue la moneda corriente en tiempos de los mexica... ¡Y lo falsificaban con habas cubiertas de ceniza! Te compartimos este y otros datos sobre el chocolate mexicano.
El teocalli de la guerra sagrada escultura representa el triunfo del sol, pues fue Huitzilopochtli (deidad del sol), quién guió a los mexica hacia la isla donde fundaron Tenochtitlán. A diferencia de nuestro actual escudo nacional, el ave que aquí aparece no es un águila ni tampoco lleva en su pico una serpiente, sino el símbolo de la guerra sagrada llamado “atl-tlachinolli”.
Nezahualcóyotl era un gran amante de la poesía y la naturaleza, tal como lo demuestran sus poemas. “Amo el canto del cenzontle / pájaro de cuatrocientas voces / Amo el color del jade / y el enervante perfume de las flores / pero más amo a mi hermano: el hombre”.
El águila de la bandera de México es un águila real, que no es una especie común en nuestro país, ni es la que encontramos en la iconografía prehispánica. Afortunadamente, la arqueología se ha encargado de identificar qué tipo de ave es el “cuauhtli”, mencionada en los códices y sagrada para los mexica.
Las piezas se encontraban en posesión de una mujer identificada como Brigitte K., quien las heredó a la muerte de su padre y decidió entregarlas ante la embajada de México en Alemania. Aún está determinándose su contexto histórico.
Hoy te voy a contar cuál era la interpretación que los mexica le daban a estas muertes rituales.
Sin duda, la historia aún no termina de escribirse. Vamos a ver qué grandes descubrimientos nos trae 2020.
Estos son algunos autores que no han sido muy mencionados ni en la escuela ni en las revistas históricas, aunque contienen una parte de la historia que no se nos cuenta. Si quieres honrar tus raíces y el trabajo de estos autores, haz lo que a ellos les hubiera gustado: lee su obra.
Sahagún se refiere en sus crónicas a los tamales cuando habla de las fiestas religiosas, lo que nos hace suponer que, al igual que hoy en día, se comían en ocasiones especiales. Además relata las supersticiones que rodeaban a los tamales, algunas aún existentes en la actualidad.
El Excan Tlatoloyan (imperio de las tres cabezas) estaba integrado por los colhuas (Tenochtitlan), los acolhuas (Texcoco) y los tepanecas (Tlacopan). Son pocos los vestigios que quedan en pie de su grandeza, y por eso mismo son también muy valiosos.