Una madre española te prepara comida para una semana en tuppers cada vez que la visitas.
"Los argentinos tenemos dos problemas para cada solución, pero intuimos las soluciones a todo problema".
Te ofendés si te ceban un mate en mate de lata: "¡Ah no! Salí de acá con esa porquería". Ahora usás un porongo como corresponde. Uruguay, nomá.
“El hábito no hace al monje”. No, claro que no, de lo contrario en Carnaval sería una especie de montaña rusa para las cifras eclesiásticas.
Pídele un consejo sobre cómo puedes hacer para verte menos naco. Termina tu frase diciendo: “Sin ofender ”.
No dejes que prisas, aglomeraciones o el “perder” el tren te eviten disfrutar del arte en pasillos, andenes y vestíbulos del Metro de Madrid.
Tomaste Piti y apostaste a quién le cabían más Cheetos en la boca. Además, bailaste La Macarena y el Carrapicho en toda piñata a la que ibas.
Un serrano no refunfuña. Dice “ChCh”. Un costeño no te interrumpe. Te corta la nota. Pero cualquiera de los dos, no te prestan atención: ¡te paran bola!
"Te están dando atole con el dedo" = te están haciendo güey o te están dando por tu lado. Si te aprecian, te da el vaso de atole completo y con refill, ¿no?
Malditas chancletas... ¡picaban más que un panal de abeja! El gesto de tu madre de inclinarse para agarrarlas te indicaba que debías irte inmediato.
1. Recibiste cada primavera viendo a la serpiente emplumada bajar del castillo en Chichen-Itzá.
9. Que nos digan que Oaxaca es un pueblito...