Escuchas la expresión “malo será” unas 50 veces al día.
8. Creer que la ópera es cosa de ricos. En Austria, puedes ir a la ópera por 4 euros. ¡Y ni siquiera se espera que te vistas de forma especial!
Lo más chocante: no hay siestas para los que han pasado el preescolar.
Llevamos puesto un ilde. Mírale su muñeca derecha si no me crees.
Te despiertas al son de “Se compran colchones, tambores, refrigeradores, estufas, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que vendaaaaaa”.
En algunas culturas, ser mujer significa que tenés que seguir ciertas reglas. En Bali, por ejemplo, no podés entrar a los templos si estás con el período.
Que lo primero es la “famiglia”. Como los Corleone, pero sin lo truculento. Siempre juntos, para celebrar los buenos momentos o ayudarnos en los malos.
"9. A la hora del lunch, las tortas eran tan populares como las tlayudas, con todo y su tasajo."
Yo le decía a mi madre que no fuera supersticiosa, pero ahora jamás meto un cuchillo en la candela ni permito que nadie lo haga. Por si las moscas…
Cambié el "che" por el "bo", dejé de hablar de "calentar la pava" y re-aprendí a preparar el mate. Ahora exagero las distancias y soy una cholula del Pepe.
18. Cuando el chofer del camión te dice… “Nomás les encargo si le pueden ir pasando para atrás de favor, todavía hay mucho lugar.”