Le echas canguil al ceviche. Lo que te parecía un sacrilegio al llegar a Ecuador, ahora es una combinación perfecta de texturas.
Mejillones, gambas, almejas, navajas, percebes, langostinos, chipirones… ¡ser tierra de pescadores tiene que servir para algo!
No te encantaban la música banda y las cumbias, pero ahora, cada vez que escuchas una, sientes como si tocaran tu himno nacional y casi lloras de alegría.
1. Los cuetes no te parecen tan bonitos como a otros. ¡Es que no hay día (y toda su noche) en que no se oigan cuetes!
"¿Usted cree que yo estoy pintada?". No se deje engañar... esta pregunta de madre no tiene respuesta. ¡Gracias por la cantaleta, amá!
1. Nunca saques tus trapitos al sol. Este artículo es, probablemente, la última cosa que mi mamá quiere para el día de las madres. Ups... lo siento, mami.
1. Has asistido a la Huamantlada y como siempre te pones malacopa, dices que es el último año que vas.
18. El jarocho no dice “Hola ¿cómo estás?”. Dice "¿Qué iris?" 19. Y el niño jarocho no hace un berrinche… (también) ¡¡¡Hace un iris!!!
16. Solo tenele miedo a la muerte y a la mezcla de sandía y vino... 17. Aprendé lo antes posible que un argentino “si no la gana, la empata”.