Tomaste Piti y apostaste a quién le cabían más Cheetos en la boca. Además, bailaste La Macarena y el Carrapicho en toda piñata a la que ibas.
Un serrano no refunfuña. Dice “ChCh”. Un costeño no te interrumpe. Te corta la nota. Pero cualquiera de los dos, no te prestan atención: ¡te paran bola!
"Te están dando atole con el dedo" = te están haciendo güey o te están dando por tu lado. Si te aprecian, te da el vaso de atole completo y con refill, ¿no?
Malditas chancletas... ¡picaban más que un panal de abeja! El gesto de tu madre de inclinarse para agarrarlas te indicaba que debías irte inmediato.
1. Recibiste cada primavera viendo a la serpiente emplumada bajar del castillo en Chichen-Itzá.
9. Que nos digan que Oaxaca es un pueblito...
Escuchas la expresión “malo será” unas 50 veces al día.
8. Creer que la ópera es cosa de ricos. En Austria, puedes ir a la ópera por 4 euros. ¡Y ni siquiera se espera que te vistas de forma especial!
Lo más chocante: no hay siestas para los que han pasado el preescolar.
Llevamos puesto un ilde. Mírale su muñeca derecha si no me crees.
Te despiertas al son de “Se compran colchones, tambores, refrigeradores, estufas, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que vendaaaaaa”.