Sabes que ir al mirador de los fuertes no significaba precisamente ir a ver el paisaje.
16. Sabes que nada cae mejor en una mañana fría… Que un buen vaso de atole, champurrado o café de olla.
Cole Graham viajó por Perú con su hermano, su abuelo y una Canon 60d. Regresó con este vídeo alucinante.
1. Empecé a respetar TODAS las normas de tránsito.
"Lo más importante que Galway me dio fuiste tú, Wallace, aunque tus cuatro patas nunca hayan pisado las tierras verdes de los duendes bebedores de cerveza".
Ve al mercado: te vas a meter en un mar de color cuyas olas te van a empapar... un lugar donde los cumplidos, al igual que el dinero, van y vienen.
Está nevando y te enfundas el abrigo más gordo que tienes. Al salir, ves a una inglesa en minifalda y sandalias y piensas: “Una de las dos es la rara”.
¿Te equivocaste de aeropuerto? ¿Tu equipaje va camino a Brasilia y vos, a Lima? Respirá hondo ocho veces y recordá los consejos cantados de Timón y Pumba.
"No hay necesidad de ir a buenos restaurantes en México": ¡MENTIRA! Los chefs que se aventuran con la comida mexicana en nuevas direcciones no decepcionan.
1. Llamas tío y tía a gente con la que no tienes ningún parentesco.
"4. La sangría es nuestra bebida alcohólica favorita". Si buscas una “bebida nacional”, quédate con las cañas o el vino. ¡Hasta el gin-tonic es más popular!
1. Aprendiste a hacer disfraces de cualquier cosa usando cualquier material que tuvieras a mano.