Coleccionaste todo tipo de tazos y pensabas que lo peor que te podía pasar en la vida era que te los “rucharan” en la escuela.
No entiendes cuando te dicen "anda a ver si ya parió la marrana", “¿está pelón el cochi”? o “que transa, ¿ya clavó el pico?”. Y "ahorita" nunca es “ahora”.
Para ti, la “alegría” se puede comer y la Maizena no es sólo para hacer comida. Sabes perfectamente cómo mamar gallo… Y no te asusta beber “agua de tubo”.
¡Cuidado! Los ticos son de patada larga, de ir por el zarpe y montarse en la carreta. Y además, te pedirán que les regales todo.
"Dije adiós a la tranquilidad de hacer súper a las 3 de la mañana".
Y si el dolor es muy grande, contrata un mariachi y cántale todo un popurrí de Alejandro Fernández. No olvides gritar: “¡Pero sigo siendo el reyyyyyy!
Resulta que a los vascos no nos vale con ir levantado piedras menudas poco a poco. Lo que realmente nos va, es levantar piedras de 200kg de una sola tirada.
Trata de imitar nuestro acento y... ¡hazlo bien! Enójate porque alguien te dijo “negrito”. ¡O toma un trago de Cocuy o de Miche sin arrugar la cara!
Llegas a una terminal de buses que parece un aeropuerto, digna de una foto… O a un aeropuerto que parece terminal de buses, donde ni sacas el teléfono.