Un caleño no lleva ropa para un paseo o para jugar fútbol, lleva el "chingue". A un caleño no lo regañan, le "dan gallina".
"Cuando te preguntan por el estado de salud de la Chilindrina, te dan el pésame por Chespirito o encuentras en Providencia la "polera" de Don Ramón..." Ouch.
"Ya vas a ver, te espero en la bajaita." La venganza es un plato que se sirve mejor frío. O en el caso de Venezuela, en la bajaita… Cuidado.
Cuando un sevillano bebe de más, no va dando tumbos. Va dando camballás.
Cuando te inviten a un país donde se habla el español, deberás pensar dos veces qué palabras usas para aceptar...
Si lo dice la universidad UCLA, debe ser verdad, ¿o no?
Todos sabemos que el español ha tomado muchas palabras prestadas del árabe, pero quizá no seamos conscientes de que invocamos a Alá con bastante frecuencia: cada vez que decimos “ojalá” y con el que creíamos tan español “¡Olé!”.
Cuando un extranjero vive un terremoto en Chile (y no sale arrancando) es como una "graduación". Si aún así te quedas, ya eres chileno de tomo y lomo.