Indicar direcciones con “dale pa’rriba” o “dale pa’bajo”. Y mostrar un rollo de papel higiénico cuando alguien insiste con la bocina en un embotellamiento.
Caminar rápido o, como dicen otros Venezolanos, “andar por ahí muy agitados”. Y encontrar excusas para salir a rumbear, para distraernos de todo lo demás.
Sacarás una foto del termómetro que dice 25°C en pleno diciembre y la subirás a Instragram, Facebook y Twitter.
8. Odio chinchorrear. 9. Me da igual si no jangueo. 10. ¿Qué es eso de reggaeton? 11. Nunca he aplaudido cuando aterriza el avión.
Tuve que invertir eso de “desayuna como rey, almuerza como príncipe y cena como mendigo”.
Muchos mexicanos hemos escuchado sobre sitios sagrados para varias religiones del mundo, pero tristemente desconocemos al gran profeta de Anáhuac.
Repite “¡collons!” todo el rato intentando imitar el acento catalán.
En el Cerro de las Mitras vas a disfrutar de senderos y pequeñas escaladas hasta llegar a la cima, en apenas 7 horas.
Santificarás las navidades haciendo tus buenas hallacas en familia. No consentirás que nadie hable mal de Venezuela... ¡Nadie excepto tú, claro!