8. La jerga argentina te va a fascinar. 9. Descubrirás que tu otrora perfecto acento argentino ha sido diluido.
“Es que el maestro se la trae contra mí”. “Me vale", dice tu madre, "Tú sólo tienes una obligación: estudiar... ¿o prefieres vender chicles en el semáforo?".
El Chupacabras. ¡Cómo olvidar al favorito de todo México! Tuvo muñecos, apariciones en telenovelas y hasta una línea de teléfono donde reportarlo.
No te encantaban la música banda y las cumbias, pero ahora, cada vez que escuchas una, sientes como si tocaran tu himno nacional y casi lloras de alegría.
1. Nunca saques tus trapitos al sol. Este artículo es, probablemente, la última cosa que mi mamá quiere para el día de las madres. Ups... lo siento, mami.
De pronto, una "solicitud de amistad". ¿Quién c** es? Con el tiempo, gano en confianza y suspendo el turno con el neurólogo que pedí cuando tuve amnesia.
Malditas chancletas... ¡picaban más que un panal de abeja! El gesto de tu madre de inclinarse para agarrarlas te indicaba que debías irte inmediato.
8. Creer que la ópera es cosa de ricos. En Austria, puedes ir a la ópera por 4 euros. ¡Y ni siquiera se espera que te vistas de forma especial!
En algunas culturas, ser mujer significa que tenés que seguir ciertas reglas. En Bali, por ejemplo, no podés entrar a los templos si estás con el período.
Reemplacé el café por el té, y dejé de saludar de beso y abrazo. De vez en cuando, si me siento invencible, abrazo a alguien solo para ver cómo reacciona.
1. Empecé a respetar TODAS las normas de tránsito.
"Lo más importante que Galway me dio fuiste tú, Wallace, aunque tus cuatro patas nunca hayan pisado las tierras verdes de los duendes bebedores de cerveza".