Photo: Galicia Sustentable

¿Quién asesinó a Moctezuma?

México
by Xiu 28 Apr 2020

Uno de los grandes misterios de la llamada “conquista de México” es, sin duda alguna, la muerte de Moctezuma, el tlatoani de Tenochtitlan que recibió a Cortés y a su ejército, y que tuvo la desdicha de pasar a la historia como un cobarde. ¿Quién asesinó a Moctezuma?

Moctezuma Xocoyotzin gobernó Tenochtitlan desde el año de 1502, a partir de la muerte del tlatoani Ahuizotl (padre de Cuauhtémoc), y hasta dieciocho años después, es decir, hasta 1520, cuando falleció.

 

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Sobre su muerte,  las circunstancias que la rodean nos remiten a un discurso de Moctezuma desde el palacio de su padre Axayácatl para calmar los ánimos de los mexica, quienes exigían la expulsión inmediata de los españoles, a raíz de los agravios cometidos durante la llamada “matanza de Tóxcatl”.

 

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Para que quede más claro: durante la estancia de los españoles en Tenochtitlán, Cortés y Moctezuma se enteraron de la llegada de nuevos barcos españoles a las costas de Veracruz. Estas embarcaciones no venían con intenciones amistosas, sino a apresar a Cortés por haber partido de Cuba sin el permiso del gobernador Diego Velázquez.

Cortés se apresuró a enfrentar a Pánfilo Narváez, capitán de dicha flota y, antes de emprender dicho viaje, dejó a cargo de los hombres en Tenochtitlan a Pedro de Alvarado. Sin embargo, Alvarado perdió el control de la ciudad al arremeter contra los mexica durante la celebración de una fiesta en honor de Tezcatlipoca, asesinando a civiles desarmados bajo el argumento de que no permitiría falsas idolatrías y que, además, había un plan para emboscar a los españoles.

Dicho suceso fue conocido como la “matanza de Tóxcatl”, y  el libro “Visión de los vencidos”, de Miguel León-Portilla, lo relata de la siguiente manera:

“ Y luego que hubieron cerrado, en todas ellas se apostaron: ya nadie pudo salir. 

Dispuestas así las cosas, inmediatamente entran al Patio Sagrado para matar a la gente. Van a pie, llevan sus escudos de madera, y algunos los llevan de metal y sus espadas. 

Inmediatamente cercan a los que bailan, se lanzan al lugar de los atabales: dieron un tajo al que estaba tañendo: le cortaron ambos brazos. Luego lo decapitaron: lejos fue a caer su cabeza cercenada. 

Al momento todos acuchillan, alancean a la gente y les dan tajos, con las espadas los hieren. A algunos les acometieron por detrás; inmediatamente cayeron por tierra dispersas sus entrañas. A otros les desgarraron la cabeza: les rebanaron la cabeza, enteramente hecha trizas quedó su cabeza. 

Pero a otros les dieron tajos en los hombros: hechos grietas, desgarrados quedaron sus cuerpos. A aquéllos hieren en los muslos, a éstos en las pantorrillas, a los de más allá en pleno abdomen. Todas las entrañas cayeron por tierra Y había algunos que aún en vano corrían: iban arrastrando los intestinos y parecían enredarse los pies en ellos. Anhelosos de ponerse en salvo, no hallaban a donde dirigirse….

Y los españoles andaban por doquiera en busca de las casas de la comunidad: por doquiera lanzaban estocadas, buscaban cosas: por si alguno estaba oculto allí; por doquiera anduvieron, todo lo escudriñaron. En las casas comunales por todas partes rebuscaron”.

Fue este evento lo que causó la conmoción de la sociedad nahua, que nunca estuvo de acuerdo con invitar a los españoles a la flamante capital mexica. Los reclamos a Moctezuma se hicieron cada vez más intensos y fueron los españoles quienes relataron que el tlatoani ya no tenía ningún control sobre sus súbditos:

“Yo tengo creído que no aprovecharé cosa ninguna para que cese la guerra, porque ya tienen alzado otro señor y se han propuesto no dejaros salir de aquí con vida; y así creo que todos vosotros habéis de morir”.

(Bernal Díaz del Castillo, “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España).

Cuando volvió Cortés a Tenochtitlan, después de enfrentar a Pánfilo de Narváez, se encontró con una ciudad más hostil y un Moctezuma temeroso por la furia de los mexica. Por esto, el español decidió abandonar la ciudad, y persuadió al tlatoani para que los mexica lo dejaran salir.

“Y el dicho Muteczuma… dijo que le sacasen a las azoteas de la fortaleza, y que él hablaría a los capitanes de aquella gente, y les haría que cesase la guerra…”

(Hernán Cortés, “Cartas de Relación”).

Es aquí donde comienzan las contrariedades entre los cronistas de la época. Por una parte, Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo señalan que Moctezuma murió a causa de una pedrada de algún mexica furioso al escuchar las palabras del tlatoani. Por la otra, se encuentran Fernando Alvarado Tezozómoc y Chimalpahin, quienes aseguran que Moctezuma fue asesinado por los españoles.

“E yo lo hice sacar, y en llegando a un pretil que salía fuera de la fortaleza, queriendo hablar a la gente que por allí combatía, le dieron una pedrada los suyos en la cabeza, tan grande, que de allí a tres días murió; e yo le fice sacar así muerto a dos indios de los que estaban presos, e a cuestas lo llevaron a la gente, y no sé lo que dél se hicieron…”.

(Hernán Cortés, “Cartas de Relación”).

Asimismo, las crónicas nos dejan ver que Moctezuma no solo había perdido el control de la ciudad, sino que él ya no era el tlatoani, pues ante su indecisión, habían ya nombrado a Cuitláhuac:

“Montezuma se puso a un pretil de una azotea con muchos de nuestros soldados que le guardaban, y les comenzó a hablar con palabras muy amorosas que dejasen la guerra y que iríamos de México. Muchos principales y capitanes mexicanos bien le conocieron, y luego mandaron que callasen sus gentes y no tirasen varas, piedras ni flechas. Cuatro de ellos se llegaron en parte que Montezuma les podía hablar, y ellos a él, y llorando le dijeron: “¡Oh, señor y nuestro gran señor, y cómo nos pesa de todo vuestro mal y daño y de vuestros hijos y parientes! Hacémos saber que ya hemos levantado a un pariente vuestro por señor”. Allí le nombró, que se decía Cuitláhuac, señor de Iztapalapa…”.

(Bernal Díaz del Castillo, “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”).

Más adelante señala la muerte de Moctezuma y responsabiliza de la misma a los mexica:

“No bien hubieron acabado el razonamiento, cuando tiran tanta piedra y vara, que los nuestros que lo arrodelaban, como vieron que entretanto que hablaba con ellos nos daban guerra, se descuidaron un momento en rodelarle de presto, y le dieron tres pedradas, una en la cabeza, otra en un brazo y otra en una pierna; y puesto que le rogaban que se curase y comiese y le decían sobre ello buenas palabras, no quiso, antes cuando no nos catamos vinieron a decir que era muerto…”.

(Bernal Díaz del Castillo, “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”).

Esta es la versión más aceptada al día de hoy, pero no porque goce de una mayor confianza, sino porque la historia se ha encargado de sepultar el testimonio de los otros dos cronistas mencionados, quienes afirman lo siguiente:

“…y yendo á buscar al gran Rey Motecuczuma dizen que le hallaron muerto á puñaladas, que le mataron los españoles á él y á los demás principales que tenían consigo la noche que se huyeron, y este fué el desastrado y afrentoso fin de aquel desdichado Rey…”

(Códice Ramírez).

El segundo testimonio coincide con los hechos:

“En el año 2-pedernal, “1520 años”, fue cuando murió el señor Moteuczoma Xocoyotl, rey de Tenochtitlan, hijo de Axayacatzin; reinó diez y nueve años; a los tres los mataron los españoles…”.

(Alvarado Tezozómoc “Crónica Mexicáyotl”).

El tercer testimonio coincide en responsabilizar a los españoles, aunque en cuanto al fallecimiento del tlatoani se da una tercera versión en cuanto al modo:

“En el mes de Tecuilhuitontli, los españoles dieron muerte al Moteuhcmatzin, haciéndolo estrangular y después de eso huyeron aprovechando las sombras de la noche (Chimalpahin, 1965, p. 236).

(Chimalpahin, “Relaciones de Chalco-Amaquemecan”).

Para sostener la versión que culpa a los españoles, se suman las pictografías del Códice Moctezuma, en el que podemos ver al tlatoani con una soga al cuello, asomándose a la azotea del palacio de Axayácatl para hablar a los mexica. Frente a él está un personaje desconocido de la nobleza con una espada española clavada en el pecho, lo que podría significar la muerte de algún acompañante para amedrentar a Moctezuma, o la misma muerte de este.

Ante la contrariedad de opiniones y testimonios solo nos queda decidir como lectores cuál es la versión más convincente respecto de éste suceso. ¿Tú qué crees que sucedió?