Si Cuzco ya es una verdadera maravilla, las ruinas de Tambomachay, Pukapukara, Qenqo, Cristo Blanco y Sacsayhuaman hacen del recorrido todo un espectáculo.
Te la pasás explicando “Soy uruguayo loco, no argentino”. Aunque no puedas dar explicaciones de cuáles son las diferencias más allá de la geografía.
No lo dudes ni por un segundo: cuando atravieses los Riads entrarás de lleno en el mundo de Las Mil y una Noches -y por un precio económico-.
Un amigo normal tiene hijos a quienes aprecias. Los hijos de tu amigo cubano son tus sobris: los has visto nacer y eso los convierte en parte de tu familia.
1. A los políticos españoles. No es que nos encante odiarlos, simplemente no nos dejan otra opción.
Condimentábamos la gruesa capa entre los hollejos y la cáscara de la toronja como si fuera un bistec y así la tragábamos. Aporte cubano al vegetarianismo.
"¿El secreto de los esquites? Hay que ponerle amor para que salgan bien chéveres".
Para un amigo normal eres alguien especial. Para un amigo ecuatoriano, eres como de la realeza y no por nada te llama “mi rey” o “mi reina” de arriba abajo.
Ver a una ballena de cerca es un momento inolvidable. ¡Y aún más si allí también están las crías siendo alimentadas en aguas tranquilas!
El chico con el bronceado surrealista, cuyo tono está de ese lado del pantone que los programas de edición de fotos no reconocen como “color de piel”.
Sus abrazos son tan fuertes como su salsa. Esos abrazos tipo “no hay barreras entre tú y yo” son los comunes en México.
Si quieres que se vayan las visitas de tu casa… ¡Qué mejor remedio que poner la escoba tras la puerta!