1. Contestar el teléfono diciendo aló. ¿Qué es eso de aló? En México me di cuenta que debía contestar el teléfono diciendo "buenoooo".
Usaste una cuchara para que cogiera presión la olla... ¡Y también usabas una cuchara para que se ablandaran los frijoles!
2. Ven a pasear al malecas o a la playa en camisa de cuadros, bermuda hawaiana y zapatos de oficina. ¡Esos chilanguitos vacacionistas dan pena ajena!
3. Los alfajores. "Ya vas a ver… cuando vuelva de Argentina te voy a traer una caja de alfajores y, cuando se terminen, vas a entender lo que la nostalgia".
12. Que no nos cantes las mañanitas el día de nuestro cumpleaños.
"101. Iban a ser 100, pero soy guayaco: El guayaco no recibe un añadido. Quiere su yapa. De ley".
8. La jerga argentina te va a fascinar. 9. Descubrirás que tu otrora perfecto acento argentino ha sido diluido.
“Es que el maestro se la trae contra mí”. “Me vale", dice tu madre, "Tú sólo tienes una obligación: estudiar... ¿o prefieres vender chicles en el semáforo?".
Al nacer guayaco, se te otorgaron ciertos poderes... como el comer agachadito sin regar el jugo en funda, o levantar arroz con cédula y cortar con licencia.