1. Come chapulines o gusanos de maguey sin hacer caras.
1. A los gasistas, a los plomeros y a los mecánicos. Es tiempo de aceptarlo: nos duele en el alma reconocer que no podemos hacer algo por nuestra cuenta.
Más de una vez has presumido que el mirador de Morelos en Janitzio, es la versión michoacana de la estatua de la libertad de Nueva York.
4. Por silbarnos durante el Mundial de México 86... porque al herir nuestro orgullo, ¡nos hicieron más fuertes para ganarles la final a los ingleses! ;)
El arte urbano de East London es el espacio donde la Londres de los estereotipos y del Buckingham Palace se desacartona, se contradice y se questiona.
Le echas canguil al ceviche. Lo que te parecía un sacrilegio al llegar a Ecuador, ahora es una combinación perfecta de texturas.
Mejillones, gambas, almejas, navajas, percebes, langostinos, chipirones… ¡ser tierra de pescadores tiene que servir para algo!
No te encantaban la música banda y las cumbias, pero ahora, cada vez que escuchas una, sientes como si tocaran tu himno nacional y casi lloras de alegría.
1. Los cuetes no te parecen tan bonitos como a otros. ¡Es que no hay día (y toda su noche) en que no se oigan cuetes!
"¿Usted cree que yo estoy pintada?". No se deje engañar... esta pregunta de madre no tiene respuesta. ¡Gracias por la cantaleta, amá!