Los niños mexicanos disfrazados toman las calles por asalto con canastitas del monstruo de moda para pedir calaverita, pero lo que quieren ¡es dinero!
Esperabas que solo fuera popular con los niños.
5. Te ha dejado de parecer raro que una moto atraviese un mercado. De hecho, ¡a veces eres tú quien conduce esa moto!
7 miradas sobre ser mexicanos en una ciudad como Londres, a partir de lo que se extraña, lo que se aprecia y lo que se ve desde la distancia.
Hasta el mismísimo día en que aterricé en Macedonia seguí asociando al lugar con la mezcolanza de frutas que mi madre me obligaba a tomar de vez en cuando de postre.
"Esta era la pobreza de Catalina y, sin embargo, su sonrisa y su actitud alegre nunca desaparecieron. Nos sentamos y platicamos".
Es muy difícil retratar la emoción con palabras. Las palabras sobran cuando los ojos de una abuela traducen 36 años de lucha.
Ubíquese al costado de la carretera. Extienda el brazo (y su correspondiente dedo pulgar). Solo recurra al engaño en casos de extrema urgencia.
En Alemania, los perros no ladran. Mucho menos se enredan a tus pies como para tumbarte. Tienen la formalidad y la compostura que a los cubanos nos falta.
A pesar de las dudas de los médicos, Fatma tomó una determinación y fue la de parir a ese niño vivo, sin importar lo que viniera después.